En el capítulo anterior...
Levantándose de la cama, Danny se puso de pie a su lado, y acariciándole los muslos y las caderas, la acercó al borde de la cama, haciendo que le rodeara las caderas con los muslos.
-¿Danny?
Él se inclinó y depositó un suave beso en su vientre.
-No voy a irme. En esta posición, puedo controlar mejor el ángulo y la presión. Si te duele demasiado, podré retirarme.
O al menos, esperaba poder hacerlo. Aunque lo que en realidad quería era arremeter contra ella como el toro embestía un capote rojo.
Danny inspiró profundamente, reteniendo el aire e intentando centrarse.
-Un poco de dolor no me hará daño.
-También dejo sitio para que Harry se dedique a otras partes de tu cuerpo. -Indicó con los dedos las líneas de su torso, y luego los bajó, deteniéndose para describir unos círculos en el clítoris de Alex-. Confía en mí. Al final de la noche, te sentirás bien follada.
Alex enlazó las piernas en torno a su cintura, atrapándolo entre ellas.
-¿Me lo prometes?
Aquellas burlonas palabras lo atravesaron y se clavaron directamente en su miembro. Danny levantó la mirada al techo, intentando conservar su autocontrol. También quería que Alex se sintiera bien amada.
-Sí -graznó-. Oh, sí.
Ella le respondió con una sonrisa radiante que sólo incrementó el deseo que sentía. El control de Danny se evaporó. Cogiéndose el rígido pene con la mano, lo guió a la pequeña e hinchada abertura. Ella era menuda. Y él no era un hombre pequeño. Iba a tener que hacer fuerza para penetrarla. Aquel pensamiento provocó otra nueva oleada de sudor.
Danny se inclinó hacia adelante un poco e introdujo el glande en el interior de Alex. «Oh, maldita sea. Era tan caliente y estrecha». Bajo él, Alex se movió con agitación, arqueándose, forzándolo a penetrarla un poco más. Agarrándola de las caderas, se introdujo un centímetro más.
Hasta tropezar con su himen.
-No te detengas -le imploró ella.
Danny no hubiera podido detenerse aunque hubiera querido. Pero un millón de pensamientos cruzaron por su mente. ¿Y sí... la lastimaba demasiado? ¿Y si a ella no le gustaba la intensa sensación de sentirlo en su interior? ¿Y si no estaba tan preparada como pensaba? O peor todavía, ¿y si volvía a repetirse la misma historia?
-Estás pensando demasiado -murmuró Harry -. La quieres. Y a menos que me equivoque, la amas. Está protegida y yo estoy aquí. No podría ser más perfecto de lo que es.
Eso puso fin a todas sus reservas. Harry tenía razón. Preocuparse por el dolor o la preparación de Alex -incluso por el futuro- no era más que una excusa. Tras doce años, había llegado el momento de darse otra oportunidad.
Danny agarró la
cadera de Alex con la mano izquierda. La derecha, la deslizó hasta su sexo
donde comenzó a trazar suaves y lentos círculos, rozando con la yema de los
dedos el brote de su clítoris. La acarició hasta que ella se quedó sin aliento.
Hasta que se aferró a las sábanas y un nuevo rubor le cubrió la piel pálida.
Tras habérsele negado el clímax tantas veces, ella comenzó a implorar.
-Por favor, Danny.
Ahora. Dios, ahora...
Volvía a estar a
punto de correrse. Danny no iba a impedírselo esta vez. Colocó las manos sobre
sus muslos abiertos, los separó aún más, y, apretando los dientes, empujó con
fuerza en su interior. El canal de Alex cedió lentamente. Aunque Danny sentía
el latido de su corazón en los oídos, el grito femenino se abrió paso en su
mente. Pero no había vuelta atrás. Se deslizó dentro de ella. Luego la agarró
por las caderas, las alzó hacia él e inclinándose sobre ella, introdujo su
miembro un poco más. Por fin, estaba dentro. Por completo.
Estremeciéndose, Danny
se dio cuenta de que jamás se había sentido tan bien con una mujer. Era como
estar en... casa. Antes de Alex, no lo había echado de menos. Ahora, de una
manera primitiva y elemental, Danny supo que ella era suya. Bajo él, ella se
retorció sobre las sábanas blancas y lo observó con los ojos color avellana
ahora verdes y brillantes por las lágrimas no derramadas. Quizás debería de
haber ido un poco más despacio. La culpa ante su dolor lo inundó.
-Lo siento -gimió
él.
-Ahora es cuando
viene la mejor parte, ¿verdad? -jadeó ella-. Ni se te ocurra detenerte ahora.
Alex debía de
haber perdido el juicio si pensaba que él podría retirarse en ese momento. Pero
estaba resuelto a aliviar su dolor. Obligándose a permanecer inmóvil, a pesar
de todo el esfuerzo que le costó, Danny hizo girar de nuevo las yemas de sus dedos
sobre el clítoris de Alex, aliviándola y enardeciéndola al mismo tiempo. Le
llevó un momento conseguirlo, como si el cuerpo femenino se hubiera replegado
ante la invasión de su miembro. A Danny le hervían los testículos mientras
mantenía su miembro envuelto en aquella funda, pero no se movió ni un
centímetro. Harry pareció comprender su propósito y se dispuso a ayudarlo
acariciando los pezones de Alex y besándola profundamente en la boca.
Poco después, Danny
sintió cómo ella se tensaba en torno a él, apretándolo todavía más. Se
estremeció y jadeó. La explosión era inminente. Maldición, era asombrosa. Danny
quería que Alex se corriera ahora... por si acaso el resto del coito era
demasiado doloroso esa primera vez.
Bajo sus dedos,
los sollozos femeninos se convirtieron en gemidos. Los gemidos en súplicas, y,
por fin, las súplicas en un grito espectacular de liberación cuando todo su
cuerpo se arqueó hacia él, y su sexo lo apretó con un agarre desesperado, casi
robándole el control y el semen. Dios, era hermosa así unida a él, despojada de
cualquier brizna de control ante el placer...
Danny se tensó
ante la promesa de éxtasis que tentaba a su pene. Apenas logró controlarse.
Pero había esperado demasiado tiempo para estar dentro de Alex para correrse a
la primera de cambio. Ella había esperado demasiado para su primera vez y no
iba a dejar que todo acabara en un santiamén. De alguna manera, tenía que
conseguir que aquella primera vez fuera especial para ella. Memorable. Incluso
aunque ella los abandonara después de que pasara el peligro, él quería que lo
recordara. Quería formar parte de su corazón como ella formaba parte del suyo.
Cuando los
estremecimientos del orgasmo remitieron y las paredes de su sexo lo acariciaron
con lentas palpitaciones, Danny se retiró un poco, hasta que sólo el glande
permaneció en el interior de la vagina, y luego volvió a penetrarla. Comenzó a
marcar un ritmo lento y suave, pensado para deslumbrarla. Ella respondió desde
el principio a sus caricias, jadeando, ciñéndose en torno a él, mirándolo con
los ojos llenos de admiración.
-Danny.
Tú...er... ¡Oh, Dios mío! -jadeó ella-. Ese roce es...
-Eso es, gatita.
-Él también lo sentía. Sin el látex entre ellos, el roce piel contra piel los
recompensaba con las sensaciones más asombrosas. Pero no se trataba sólo de
algo físico; él podía sentir a Alex en todas partes, de todas las maneras
posibles, dentro y fuera y quería que ella también lo sintiera.
No creía que
fuera fácil conseguir que ella se corriera de nuevo. Normalmente las vírgenes
no alcanzaban el orgasmo en el primer coito. Alex acababa de tener un clímax
mortífero. Pero él siguió intentándolo... deslizando lentamente su glande
desnudo por las paredes vaginales, rozándolo contra su cerviz mientras ella lo
acogía en su interior.
Iba a intentar
con todas sus fuerzas que ella alcanzara un último estallido de placer.
Doblando las rodillas, Danny se aseguró de que el extremo de su pene rozara
contra la pared superior de la vagina de Alex, deslizándolo suavemente hasta
que ella contuvo el aliento, hasta que se tensó en torno a él. Había encontrado
su punto G. «¡Te tengo!», pensó él con una sonrisa.
-¿Quieres volver
a correrte? -preguntó él, aguijoneando aquel nudo de nervios.
Ella asintió
débilmente con la cabeza y se volvió a tensar en torno a él.
-¿Lo harás
conmigo?
Cuando él se
sumergió de nuevo, el roce casi lo hizo poner los ojos en blanco.
-Oh, por
supuesto.
Harry le acarició
a Alex las húmedas mejillas, apartándole con suavidad el pelo de la sien. Se
acomodóla su lado y, enterrando la cara en su cuello, comenzó a provocarla con
sus palabras.
-Eres asombrosa
-le murmuró al oído-. Quiero que te abras. Has aceptado cada centímetro de Danny
a la perfección. Quiero ver cómo te corres de nuevo. ¿Puedes hacerlo por mí?
solo la visión me pone a cien. No quiero ni imaginar qué provoca en Danny.
Cielos, su
hermano era muy bueno para estimular la imaginación de una mujer. Un mental
frenesí de deseo siempre se traducía en un éxtasis corporal. Pero por si acaso,
Harry apartó los dedos de Danny de su clítoris y los reemplazó con los suyos.
-Aaaahhhh -gimió Alex,
moviendo la cabeza frenéticamente de una manera que decía que estaba camino de
alcanzar el orgasmo de nuevo.
Demonios, Harry
incluso lo había provocado a él. Eso y ver cómo su grueso pene desaparecía en
el interior de Alex, cómo ella se dilataba para él, tomándole por completo.
Mientras miraba cómo su miembro penetraba en el cuerpo femenino, Danny supo que
ella lo acogía de buen grado porque él le importaba. Aquel pensamiento casi lo
hizo explotar.
-¿Te gusta
sentirlo dentro de ti, cariño? ¿Te gusta sentirte llena?
Ella asintió
frenéticamente con la cabeza mientras él volvía a rozarle el punto G con su
pene y Harry continuaba acariciándole el pequeño brote del clítoris. Alex le
agarró el brazo, cogió a Harry por el pelo y gimió.
-Me encanta
observar cuánto te gusta esto, tan entregada y excitada -masculló Harry.
Danny tragó
saliva, intentando detener la creciente necesidad de correrse y centró su
atención en Alex, en su cuerpo, en las señales que emitía. Parecía estar
llegando al clímax.
Ojalá no tardará
mucho. «Por favor...».
-Cuando estás a
punto de correrte, tus pezones están preciosos, enrojecidos y duros. -Harry se
inclinó sobre ellos, los mordisqueó y los succionó, con un ritmo lento y
metódico, como si no tuviera otra cosa que hacer en todo el día.
Alex latió en
torno al miembro de Danny, se tensó con fuerza. Ella buscó la mirada de él,
implorando con aquellos ojos color avellana, cerca del pánico. Danny la animó.
-Sí, gatita. Eso
es. Córrete por mí. Quiero sentirte...
-Bésame -le rogó
ella.
Tras una rápida
mirada a Harry, que asintió con la cabeza, Danny se inclinó y apoyó su vientre
sobre el de ella. Luego se rozaron sus pechos. El contacto fue ardiente, y Danny
contuvo el aliento ante las impactantes sensaciones. Luego asaltó sus labios,
fusionando sus bocas. «Oh, demonios...». Era caliente por dentro y por fuera.
El sudor cubría ambos cuerpos, produciendo fricción en cada punto de contacto.
Aquello pezones duros se deslizaron por su torso, y ella jadeó entrecortadamente.
Danny movió su
cuerpo con la misma violencia que su boca, aferrándose a las caderas de Alex
con cada posesivo envite. Ella le rodeó con las piernas y lo atrajo todavía más
profundamente en su interior. Él se estrelló contra ella una y otra vez. Y
otra. Retorciéndose, Alex gimió con fuerza. La sangre corrió por sus venas. Los
corazones latieron a un mismo ritmo desesperado. Alex gritó en su boca. Su
cuerpo se convulsionó bajo él, y Danny la apretó con fuerza, bombeando en
aquella apretada funda rítmicamente y sin piedad.
Luego, una luz
ardiente y cegadora lo envolvió, consumiendo todo su cuerpo. La bola de fuego
descendió desde la base de su espalda hasta sus testículos que se tensaron y
estremecieron con una fuerza que lo dejó sin aliento. Inmediatamente después,
un sublime placer estalló en su miembro, y algo se abrió paso en su pecho
cuando se vertió en ella, inundándola con su pasión, con su semen. Algo que se
parecía sospechosamente al amor.
****************
La luz del
amanecer entraba por una pequeña ventana a la izquierda. Alex parpadeó, y miró
a su alrededor del dormitorio desconocido. Una cama antigua, un tocador igual
de antiguo, una enorme mecedora vacía en una esquina...
Luego lo recordó
todo. Brasil. La bomba. Su padre. La cabaña de Jack. La noche anterior. Danny penetrando
en su cuerpo. Harry observando cada instante mientras la alentaba con sus
palabras provocativas.
Después de eso, Alex
no recordaba nada más.
-Buenos días -le
murmuró Harry al oído.
Él se acurrucó
más cerca, el calor emanaba de él como de un horno. Algo en la manera de
saludarla, en la manera en que la rodeó con los brazos y la acercó a su cuerpo,
le dijo a Alex que Harry se había despertado excitado y preparado para algo más
que un saludo casual.
-Hola. -Alex
ocultó su cara con timidez.
Era una locura
sentir vergüenza después de todo lo que había hecho con él.
-¿Has dormido
bien? -Le depositó unos suaves besos en el cuello, en la curva de la garganta,
en la curva de sus pechos.
-Mmm, como un
tronco. ¿Y tú?
Harry se acercó
todavía más hasta que la parte delantera de su cuerpo estuvo pegada contra el
costado de Alex. La acerada longitud de su erección presionó contra la cadera
femenina en una pregunta silenciosa.
-No tan bien.
¿De veras? Harry
solía dormir bien, en especial después de... oh, él no se había corrido la
noche anterior. Ella había hecho el amor con Danny y luego se había quedado
dormida.
-No llegué a
hacer nada contigo, ¿verdad? Te dejé...
-¿Con los
testículos azules? - Harry sonrió, haciéndole saber que estaba bien.
-Lo siento.
Con otra sonrisa
sensual y un roce del pulgar sobre sus pezones, ligeramente doloridos, Harry
dijo bromeando:
-¿Estás dispuesta
a resarcirme? Es decir, si quieres.
Alex vaciló al
saber que Harry quería hacer el amor con ella. ¿Cómo se sentiría ella si
aceptaba? ¿Cómo se sentiría Danny? Alex había sabido desde el principio que
iban a compartirla. Danny y Harry jamás habían indicado otra cosa. Si sus
intenciones hubieran cambiado, Danny hubiera echado a su hermano del dormitorio
la noche anterior, ¿no?
Aun así, Alex
vaciló. La noche anterior no sólo había habido sexo entre Danny y ella. Y no
era la única que se había dado cuenta. Danny la había poseído con sentimiento y
pasión. Y no había negado que la amara. ¿La convertía eso en amante exclusiva
de él? Y si así fuera, ¿por qué era Harry el hombre que estaba ahora tumbado a
su lado, en especial cuando Danny sabía que su hermano siempre se despertaba
excitado?
En vista de eso, Alex
dudaba que lo de mantener una relación a tres bandas hubiera cambiado. Además, Danny
parecía querer que Harry estuviera con ellos, casi como si fuera su red de
seguridad. Si ella quería tranquilizar a Danny y alentarlo para que le abriera
el corazón y le contara sus secretos, decirle que no a Harry no era una sabia
elección. No es que fuera un sacrificio. Puede que Alex amara a Danny con todo
su corazón, incluso era posible que lo amara cuando tenía diecisiete años y
apenas era capaz de manejar las demandas que Danny provocaba en su cuerpo ni la
fuerza de sus sentimientos. Pero permitir que Harry siguiera allí, era un
pequeño precio a pagar, si con eso conseguía que Danny permaneciera con ella.
Además, ella adoraba a aquel chef tan sexy y caliente. Su manejo de las
palabras -y de las manos-era, sencillamente, sublime.
Alex se contoneó,
cambió de posición, para observar cómo se sentía.
-Estoy dolorida,
pero no demasiado. Si eres suave...
-Por ti, cariño,
sí.
-Mmm, antes
necesito hacer una visita rápida al cuarto de baño. -Definitivamente sentía
cada una de las diez horas de sueño en la vejiga llena.
-Por supuesto. Te
estaré esperando. Con impaciencia -bromeó él-, pero esperaré.
Ella depositó un
beso de agradecimiento en su mejilla y rodó al lado contrario con la intención
de salir de la cama y atravesar el pasillo hacia el pequeño cuarto de baño.
Pero se tropezó con Danny. Ahora estaba despierto, pero allí, enredado entre
las sábanas, parecía somnoliento. El corazón de Alex dio un vuelco.
-¿Has dormido
aquí?
Danny se puso
tenso.
-Sí.
Alex no pudo
contener una sonrisa de oreja a oreja.
-¿A mi lado?
-Sí. -Porque no
había querido separarse de ella, decía su mirada.
Eso era nuevo.
Era la primera vez que dormía con ella. Como... si hubiera dado un poquito más
de sí mismo. Alex no se detuvo, no cuestionó su deseo, sólo lo abrazó y le
plantó un suave beso en la boca. La conexión que había surgido en la intimidad
de la noche anterior, surgió entre ellos una vez más, rápida y audaz. Él la
rodeó con sus brazos y la colocó encima de él, sobre una saludable erección.
Cuando la apretó contra ella, el sexo de Alex volvió a la vida.
-¿Estás bien? -le
preguntó él.
-¿Y tú?
Los ojos se le
veían preocupados y tormentosos ante la pregunta. Ella intentó preguntárselo
con otras palabras.
-¿Si Harry y
yo...?
Él lanzó una
rápida mirada a su hermano mientras le acariciaba la espalda. En ese instante,
ella percibió vacilación, luego resignación.
-Sí. Harry y yo
compartimos. No es ningún secreto.
Puede que no
hubiera sido un secreto, pero no parecía gustarle que ella mantuviera
relaciones con Harry. Quería presionar un poco más a Danny, pero la llamada de
la naturaleza la reclamaba de manera insistente. Mientras se ponía la bata
blanca y atravesaba el pasillo en dirección al baño, donde se encargó de sus
necesidades y de cepillarse los dientes, Alex consideró la reacción de Danny.
Parecía no estar
seguro de querer compartirla pero se sentía obligado a ello por alguna razón
que ella no podía entender. Quería hablarlo con él. Harry había estado
convencido de que si ella persuadía a Danny para que hiciera el amor con ella,
éste le contaría todo su pasado. Pero sabía por intuición femenina - y por
haber estado viviendo con militares toda su vida- que no iba a ser tan fácil.
Los agentes de las fuerzas especiales estaban entrenados para no divulgar
información clasificada bajo ningún tipo de coacción o tortura. Ni siquiera
utilizando su mejor arma, conseguiría que Danny se fuera de la lengua.
¿Y ahora qué? Alex
negó con la cabeza. Parecía que no podía hacer otra cosa que dejarse llevar y
ver cómo terminaba todo. No era su estrategia favorita. El coronel siempre
había sido partidario de los planes cuidadosos, pero a veces, a grandes males,
grandes remedios...Guardó el cepillo de dientes y volvió a recorrer el pasillo.
Harry estaba tumbado en medio de la cama como una pacha esperando a la mujer
que le proporcionaría placer. No resultaba difícil imaginarlo como algún tipo
de príncipe del desierto con aquel cabello alborotado, los ojos azules entornados
de aquella manera intrigante, y toda esa piel bronceada.
-Ven aquí, cariño
-murmuró él, abriendo los brazos.
Alex sintió un
pequeño estremecimiento producido en parte por el afecto y en parte por el
deseo. Un deseo pujante. A Alex le gustaba Harry, sencillamente lo adoraba.
Pero, ¿llegaría a amarle alguna vez con el mismo fuego incontrolado, con la misma
pasión arrolla dura que sentía por Danny?
Entro en la
habitación con vacilación. Sintió a Danny en la esquina, se giró y lo observó,
vigilante y silencioso. Alex le tendió la mano. Él se la cogió y tragó saliva.
-Danny, si no
quieres...
- Harry lleva toda
la noche esperando esto, esperándote a ti. Te necesita. Dios sabe que yo no lo
tocaré.
Alex sonrió ante
aquella tentativa de humor, pero podía ver que se sentía desgarrado por eso.
¿Por qué la compartía? ¿Por deber? ¿Por lealtad? Sencillamente, no lo
comprendía. Y si le preguntaba, sabía que no le respondería.
-Supongo que
entonces es cosa mía.
Soltando la mano
de Danny, se subió a la cama, donde Harry la recibió con un suave beso. Con una
tierna caricia, él le ahuecó la cabeza con la palma de la mano y la deslizó por
su cuello y su hombro.
-Eres tan suave,
cariño. Voy a ser muy cuidadoso contigo.
«Dulce». Era la
palabra que mejor describía a Harry. Alex le acarició la cara.
-Suena muy bien.
Él le dio otro
beso, un poco más largo que el anterior, un intercambio de alientos, un suave
roce de labios, y de lenguas. Unos minutos más tarde, Alex levantó la cabeza y
se dio cuenta de que, sólo con un beso, el corazón le latía como un pelotón
militar de marcha por el campo. Y que su sexo ya estaba...mojado. Pero faltaba
algo. Miró a Danny.
-¿Vienes?
No pasó ni un
instante antes de que él diese dos enormes zancadas y saltase en la cama a su
lado.
-Tomaré eso como
un sí.
Danny la empujó
para que se tumbara sobre la espalda y cubrió su boca en un beso arrollador y
ardiente... rápido, intenso, voraz. Luego la hizo girar hacia Harry, arrancó la
sábana de un tirón y la instó a tomar el miembro de su hermano.
-Succiónale. Con
suavidad. Juega con él. Pero no dejes que se corra.
Danny impartió
las órdenes con la cara inexpresiva y dura como el granito. Alex quería
conocer las
razones de su insistencia y su reticencia, pero Danny no se las diría ahora, y
ella lo sabía. Además, Alex quería mantener a Harry a su lado, no sólo porque
eso era lo que quería Danny, sino porque, si bien Danny poseía su corazón, Harry
era un magnifico amante. Pero tampoco estaba dispuesta a permitir que Danny
tomara el mando. Quería que él también la tocara.
-¿Y tú qué vas a
hacer? -lo desafió, pasándose la lengua por los labios.
-Anoche, Harry
casi te llevó al borde de la locura antes de que yo te poseyera. Ahora vas a
devolverle el favor.
Antes de que Alex
pudiera responderle, Danny la empujó hacia abajo. Harry le deslizó la mano en
el pelo y la atrajo hacia sí, urgiéndola hacia su expectante erección. Después
de haber oído sin querer cómo Tom y Danny discutían los méritos de una buena
mamada, Alex tenía algunos conocimientos más para avivar el fuego de Harry.
Sonriendo, le
pasó los dedos por el interior de los muslos, desrizándolos lentamente hacia
sus testículos. Él gimió cuando Alex bajó la mano hacia ellos, levantándolos y
ahuecándolos. Restregando con suavidad el pulgar por la tersa superficie,
centró su atención en la tensa longitud de su erección. Era enorme. No se podía
negar que estaba bien dotado. En eso, era evidente su parentesco con Danny. En
eso y en que siempre estaba duro. El glande de Harry estaba tan hinchado que
parecía una ciruela, púrpura y deliciosa.
Alex deslizó la
punta de la lengua a lo largo del pene, desde la base al glande, lamiendo todo
el recorrido y encontrando un sensible lugar en la parte inferior que lo hizo
jadear. Entretanto, buscó la piel suave de debajo de los testículos y presionó
allí. Harry contuvo el aliento y casi dio un brinco.
-Santo Dios...
Mientras él
intentaba dominarse, Alex sintió a Danny observándolos por encima de su hombro.
Para comprobar si era así, pasó la punta de la lengua a lo largo del miembro de
Harry, y Danny cerró los puños sobre ella.
Finalmente, Danny
la puso de rodillas y le arrancó la bata, cubriéndole la espalda con su cuerpo.
Fue imposible ignorar el duro torso que se apretó contra su espalda y la dura y
desnuda erección que se pegó a su trasero.
-Alex, cariño.
-Debajo de ella, Harry arqueó las caderas hacia su lengua azuzadora-. Tómame
con la boca.
-Pronto -se burló
ella, depositando una lluvia de besos sobre su vientre y pasándole las yemas de
los dedos por los muslos y las caderas. Al llegar al abdomen, trazó la forma de
su miembro con la lengua.
Harry aspiró de
forma audible.
-Vas a hacerme
pagar por lo de anoche, ¿verdad?
No era una
pregunta; Harry conocía la respuesta. Alex sabía que no tenía ni un pelo de
tonta. Aun así, ella sí se hizo la tonta.
-¿A qué te
refieres? Danny ha dicho que juegue contigo.
Alex deslizó el
dedo a lo largo de su miembro sin ejercer presión. Él rechinó los dientes e
intentó contenerse.
-Maldición, pero
no que me vuelvas loco.
-Oh, ¿quieres
correrte? -le preguntó ella, retrocediendo.
-Estaría bien
-masculló él.
-Seguro. Pero
ayer por la noche casi me llevaste al clímax ocho veces para luego dejarme con
las ganas, así que tengo todo el derecho del mundo a tomarme la revancha. Aún
te quedan siete.
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¡¡¡Ah que puede ser mala Alex cuando quiera!!!
Entre más comentarios nos dejen y haya más de 15 likes en el capítulo, más rápido actualizamos. Nos gusta que dejen sus comentarios y nos gusta leerlos.
Los queremos ;)
Mrs. L. Poynter & Mrs. Y. Jones
PD: No se les olvide que si quieren que les avisemos cuando subamos capítulos dejen su user de twitter o manden un tweet a @MissLPoynter ♥
Oh mierdaaaaaaaaa si al fin Danny pudo estar con ellas! Gracias por el cap chicas
ResponderEliminarEsto se esta poniendo divertido. Al fin Danny decidió volver a internarlo, gracias. Alex aprendio a ser mala y hara sufrir con Harry. Siganla c:
ResponderEliminaratte: fernanda
Bien ahí! Al fina Danny y Alex juntos ♥
ResponderEliminarDale, danny largá que la amas!
OMG! harry, harry, harry... como te va a hacer sufrir Alex xD
Fhanshsjshalsjrhfhaksnfjzow!!! Hshsksxu!! Fjdieoamdjxnxjxkaxjxfddsdjd!!! *-*
ResponderEliminar.,mnkcóisabdvindvo{sdkm{plcv{mapsdokjf´9w0'owekfkj}¿0pf,ke}wpf,m'0j9g84vh0iomko0ibjh¿t8in¿jmvb0ktjib9h485hgnm¿cr¿978ng953g845x
ResponderEliminarsd,cvmejr'96hj¿v9k5¿'0hk6¿95gktg0k4605kv',3c'gortbmjhiv8g9c2m¿o4g
Danny !!!!!!!!!!!!!!!!!
jajajajjajajaa XD lkanmcknsrcnsowkicn{okne{ponrfv
que mas puedo decir sv{ñ,cdm´fnjpovndoinmvodsfmmdpovms{rpovmpfndmvkont0ihbvúrnvoinweifb9rbenvímioj9vrnjicnefúinfinerubfrnr
ATTE
Amy
ASJALKJALKJSLKAJSLJKASLJALSJALJKS ¡POR FIN, POR FIN! Después de tanto tiempo ya se les cumplió su fantasía a Danny y Alex jajajaja. Me encantó aunque siento que ningúno de los dos quieren llevar "esa relación" junto a Harry, mejor que se queden sólo ellos dos y que se amen sin compañía y Judd<3 para mí jajajaja. Suban pronto. (:
ResponderEliminarporque se tardan tanto en subir? :c
ResponderEliminarAAAAH! por dios, esto es muchoo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! suban pronto ! dskjdahggfjhgdfkjhufkfdnmbfd me encanto! finalmente se les cumplio lo que querian a Alex y Danny ♥ dfkjsghkkhdshkfg
ResponderEliminary.. gsfkjghadkhfghjf no puedo describir ni con palabras todo lo que sientoo!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaa suban por dios! jaja hermosa la novce
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