Dos horas después, Alex se paseaba de un lado para
otro en la fría sala de espera de un hospital, mordiéndose las uñas. Dios, le
temblaba todo el cuerpo. Dirigió otra mirada de preocupación hacia el quirófano
donde habían metido a su padre. Aún no había salido nadie para decirle si su
padre iba a vivir o... No, mejor no pensar en eso. «Respira profundamente.
Tranquilízate. Reza». Ése era un buen consejo, pero no podía dejar de revivir
aquel terrible momento. Había pasado de estar sentada en el porche hablando con
Harry, a ver cómo la casa de su padre estallaba con él dentro.
El fuego se había propagado por todo el lugar,
pero no pensó en ello hasta más tarde. En aquel momento, nada la habría
impedido entrar en la casa, donde encontró a su padre inconsciente y a punto de
ser devorado por las llamas. Al ver que el picaporte de la puerta estaba
demasiado caliente para tocarlo, había arrojado una silla por la puerta de
cristal de la parte trasera de la casa y luego había arrastrado a su padre al
patio.
Los bomberos que habían respondido a la emergencia
le habían dicho que su padre no habría sobrevivido si ella no hubiera actuado
con rapidez, salvándolo de aquel infierno creciente. Pero aun así estaba herido
de gravedad. ¿Y si después de todo había llegado demasiado tarde para salvarlo?
Alex paseó la mirada por la larga hilera de sillas
vacías de la sala de espera, por la alfombra de color parduzco y por las
polvorientas plantas artificiales de seda. No, no podía sentarse, no podía
dejar de moverse. No podía dejar de preocuparse. «Maldición, ¿qué había
provocado esa explosión?».
A sus espaldas, oyó el siseo de las puertas
automáticas al abrirse. Distraída, se giró. Harry entró corriendo. Parecía
apurado y preocupado, recorrió la estancia con la mirada y suspiró aliviado
cuando su frenética mirada cayó sobre ella. Feliz de verla, sintió el escozor
de las lágrimas cuando él se dirigió con rapidez hacia ella, y la envolvió
entre sus brazos firmes y cálidos.
Apoyando la mejilla en su hombro, inspiró profundamente,
respirando por fin, sintiéndose benditamente dichosa por un momento. Luego Alex
abrió los ojos.
«¡Danny!».
Estaba de pie, detrás de Harry, con los ojos
azules llenos de preocupación, y una expresión cercana al pánico. La recorrió
con la mirada. Quería asegurarse de que estaba viva, a la vez que le ofrecía su
apoyo.
Sus miradas se encontraron, y Alex sintió el
impacto de sus ojos con tal fuerza, que se le fue formando un nudo en el
estómago hasta que apenas pudo respirar. Danny había venido. Había dejado sus
diferencias a un lado, y había ido con ella. Las lágrimas resbalaron por las
mejillas, negras por el hollín, de Alex. Al verlas, Danny hizo una mueca, como
si verla tan afectada fuera casi físicamente doloroso para él.
Alex le tendió una mano. Él se la agarró y luego
tiró de ella para arrancarla de los brazos de Harry y meterla entre los suyos.
Ella se apretó contra su sólido tórax y él le rodeó la cintura con un brazo
firme. Permanecieron allí de pie, cuerpo contra cuerpo. Los rítmicos latidos
del corazón de Danny la conmovieron, y lo rodeó con sus brazos hasta que ni una
brizna de aire se interpuso entre ellos. La fuerza de Danny la envolvió, igual
que su olor, a tierra, a lluvia, a hombre.
-Gatita -masculló él contra su pelo. La voz ronca
por la preocupación atravesó los sentidos de Alex.
Levantó la barbilla, y la mirada de Harry atrajo
la suya, desviando la atención de Alex de su primo.
-¿Estás bien?
Danny dio un paso atrás y la observó con renovada
atención.
Ella asintió con la cabeza.
-Estoy bien, pero mi padre...
Alex no pudo acabar la frase sin desmoronarse. Un
nuevo aluvión de lágrimas resbaló por sus mejillas, escaldadas y tiznadas, y no
pudo reprimir el sollozo que le salió del alma. Intentó ser fuerte, pero
fracasó. La realidad de la situación la hizo deshacerse en lágrimas.
Danny la estrechó tiernamente contra su ancho
pecho otra vez. Harry le acarició el pelo y le murmuró palabras de consuelo.
-Shh... -Ambos intentaron tranquilizarla, y Alex
no pudo determinar quién decía qué. Pero no importaba. Con ellos allí,
finalmente comenzaba a creer que las cosas saldrían bien.
-Me alegro de que estén aquí. Gracias.
-No podríamos estar en otro lugar -murmuró Harry,
luego le besó la coronilla.
Danny la llevó hasta una silla y se sentó con ella
en su regazo. Harry se sentó a su lado. Ambos hombres la miraron con ternura.
La alegría que sintió aligeró su carga momentáneamente, y su corazón se llenó
de una sensación agridulce. Más lágrimas resbalaron por su cara, y Harry se las
enjugó con el pulgar. Los brazos de Danny se tensaron alrededor de ella.
-¿Qué ha sucedido? -la apremió.
Preguntas. Alex sabía que era así como actuaban
los militares. Querían respuestas. Tenían que valorar la situación para luego
actuar en consecuencia. No obtendría nada más de él hasta que Danny supiera a
qué se enfrentaba y que todo el mundo estaba a salvo. Alex tuvo que levantar la
cabeza y responderle.
Inspiró temblorosamente.
-No lo sé. Hubo una ex-explosión de algún tipo...
Alex quería contestarle, pero no sabía las respuestas,
¡maldita sea! ¿Qué había sucedido?
¿Y dónde diablos se habían metido los médicos?
¿Por qué nadie la informaba sobre el estado su padre?
Pasándole suavemente la mano de arriba abajo por
la espalda, Danny la tranquilizó.
-Después de que Harry oyera la explosión por el
teléfono, y que tú no contestaras, salimos pitando a casa de tu padre. Uno de
los bomberos es un viejo amigo mío. Nos dijo que entraste en la casa y sacaste
a tu padre.
Ella asintió con la cabeza.
-Oh, Dios mío -masculló Harry -. Ese lugar debía
de estar envuelto en llamas.
-Tenía que hacerlo.
-Lo sé. -La voz grave de Danny fue suave, como una
caricia-. Es una suerte que salieras de una pieza. ¿Cómo está tu padre?
-Está en el quirófano. Sigo sin saber nada de él.
No sé...
-¿Cuándo comiste por última vez? -preguntó Harry.
¿Quién podía recordarlo? Dios, sólo de pensar en
la comida se le revolvía el estómago.
-No tengo hambre.
Harry frunció el ceño.
-¿Un refresco? ¿Café?
Alex negó con la cabeza. No le apetecía nada
ahora. No podría digerir nada con el estómago revuelto.
Danny le sujetó la cara entre las manos, atrayendo
su atención de nuevo.
-¿Dónde están tus hermanos?
Alex frunció el ceño y tragó saliva. Le dolía la
garganta. Respirar humo le había dejado las entrañas en carne viva, como si
hubiera bebido trementina. Le dolían los pulmones, pero ese dolor no era nada
comparado con el que sufría su padre. Ya había sido examinada por los médicos y
la habían dejado marchar.
-No lo sé. Creo que Hunter está fuera del país en
una misión. Logan... me llamó hace unos días para preguntarme sobre el
compromiso, pero no me dijo dónde estaba.
Los tensos brazos de Danny se cerraron a su
alrededor con fiereza.
-¿Has llamado a Logan desde la explosión?
«No». Ni siquiera se le había ocurrido. Pero la
vida de su padre pendía de un hilo en aquel momento. En cuanto había puesto al
coronel a salvo, habían llegado los bomberos. Luego había acudido la policía.
Le habían hecho preguntas -montones de ellas- mientras estabilizaban a su padre
para meterlo en la ambulancia. Ella había ido con él, sujetándole la mano,
esperando que de alguna manera supiera que, aunque no vivían cerca, él todavía
era su padre, su único padre, y ella lo quería. Luego en el hospital había
tenido que rellenar los formularios y responder a más preguntas. Entonces
comenzó la espera, los tensos momentos de temor que casi acabaron con su
compostura.
-¿Gatita? -la apremió Danny.
-No sé donde está mi móvil. Supongo que se habrá roto.
No sé...
-Está bien. Yo llamaré a Logan. Ahora relájate.
-La besó en la frente, luego se puso en pie y la depositó en el regazo de Harry
como si ella fuera más valiosa que una pieza centenaria de porcelana china.
Alex observó cómo Danny sacaba el móvil y se
apartaba de ellos. Durante un largo rato, Harry no hizo más que abrazarla, y
ella agradeció su calidez y ternura, mientras la ansiedad seguía royéndole las
entrañas. ¿Cuánto tiempo más tardarían los médicos en decir algo? Necesitaba
saber cómo estaba su padre. Tenía que saberlo ya o se volvería loca. «Dios, y
sí...No». No pensaría en eso. Se negaba a hacerlo.
-Nos sentimos muy aliviados de que estés bien
-murmuró Harry contra su mejilla, interrumpiendo su debacle interior-. Se me
detuvo el corazón cuando oí la explosión. No sabía si habías resultado herida.
-No lo entiendo... No sé qué sucedió.
Danny regresó entonces y se sentó en la silla
junto a ellos.
-Logan estará aquí en quince minutos. Él se
encargará de avisar a Hunter.
Alex soltó un suspiro de alivio.
-Oh, bien. Gracias a Dios. Logan y papá se llevan
muy bien..
Con ternura, Harry le enjugó las nuevas lágrimas
que ella no era consciente de haber derramado.
-Lo sé, cariño.
-Alex. -Unas enormes manos, cálidas y firmes,
tomaron las suyas. Danny.
Ella parpadeó, se lo quedó mirando fijamente,
absorbiendo la imagen de él, la seguridad que transmitía.
-Necesito que te concentres -le exigió él-. Los
bomberos nos han dicho que la explosión no fue un accidente. No fue una fuga de
gas ni nada por el estilo. Ha sido provocado.
«¿Provocado?».
-¿Qué estás diciendo? ¿Fue deliberado?
-Muy deliberado. Lo que estalló fue una bomba.
A Alex se le desencajó la mandíbula. Miles de
pensamientos se agolparon en su mente, pero no podía retener ninguno el tiempo
suficiente para expresarlo en palabras. «¿Una bomba?».
No tenía sentido. ¿Quién? ¿Por qué? ¿Cuándo?
¿Quién había sido el gilipollas que la había puesto? «Y que además quería veros
muertos», susurró una voz en su cabeza.
-Cuando viniste a vernos la primera vez,
mencionaste que alguien había estado amenazando a tu padre -la apremió Danny.
Muda y aturdida, ella asintió con la cabeza.
-¿Sabes por qué?
Ella frunció el ceño, intentando recordar.
-No con exactitud. Sólo sé que hay un psicópata
que mi padre capturó, que estaba amargado porque no había visto crecer a su
hija.
-¿Te amenazó a ti?
Alex vaciló, hizo una pausa para pensar.
-Papá me dijo que ese hombre me había mencionado.
Mi padre pensaba que él quería hacerme daño.
Harry y Danny intercambiaron una mirada grave y al
instante asintieron con la cabeza.
-En cuanto llegue Logan -dijo Danny-, te vienes
con nosotros.
-¿Con ustedes?
-Nos iremos lejos de aquí. A alguna parte donde
ese retorcido hijo de perra, que probablemente haya volado la casa de tu padre,
no te encuentre. A algún lugar remoto y seguro.
Alex entendía su lógica, pero...
-Mi padre me necesita aquí. No puedo marcharme.
-Logan se quedará aquí, nos mantendrá al tanto de
todo, pero hasta que sepamos a quién y a qué nos enfrentamos...
-Es mi padre. Tengo que saber si va a recuperarse.
Tengo que hablar con los médicos. No puedo largarme así porque sí. Logan tiene
la sensibilidad de una apisonadora y papá me echará en falta.
Danny hizo una mueca sombría.
-Puede que te quiera aquí, pero también querrá que
estés segura y a salvo. Estás alterada y no piensas con claridad. Y eso te
convierte en una presa fácil de ese bastardo enfermizo que quiere matarte. No
dejaré que eso suceda.
Alex se apoyó aturdida contra Harry. ¿Sería
posible que ella fuera un objetivo en el complot de ese psicópata contra su
padre? No tenía demasiado sentido. En todos los años que su padre llevaba en
ese negocio, jamás había tenido un roce serio con un criminal vengativo. Muchas
amenazas sí, y algunos incidentes menores, pero nada como eso. Pero, como su
padre decía con frecuencia, siempre había una primera vez.
Si el coronel, que sabía cómo protegerse y
trabajaba, precisamente, protegiendo a los demás, estaba en un quirófano
luchando por su vida, ¿tenía Alex alguna posibilidad contra ese hombre si iba
tras ella? Ninguna. Pero ¿cómo podía abandonar a su padre en los que podían ser
los últimos momentos de su vida?
-Pero...
-No hay peros que valgan. -Parecía como si a Danny
se le hubiera acabado la paciencia. Le metió los dedos en el pelo y le alzó la
cabeza, obligándola a mirarle a los ojos-. Te voy a sacar de aquí. Y punto. No
es negociable. No vas a discutir, ni a intentar convencerme, ni a escaparte.
Su espíritu rebelde se alzó en su interior ansioso
por tomar la palabra. La lógica lo aplastó. La explosión había sido causada por
una bomba. Alguien había amenazado a su padre. Si ese psicópata había puesto
una bomba, quería decir que era sofisticado y que lo había hecho cuando la casa
estaba llena de gente. Quería decir que probablemente vigilaba la casa. Y que
él sabía que ella estaba allí. Probablemente había considerado que cargársela
era un extra. O quizá fuera su objetivo. Su padre jamás querría que ella se
pusiera a sí misma en peligro.
Alex suspiró largamente cuando dijo:
-Está bien.
Harry la rodeó con los brazos y apoyó la mejilla
contra su espalda. Danny se puso tenso, tiró del pelo de Alex, maldijo entre
dientes y le dio un beso rudo y posesivo en la boca. En ese momento, se
abrieron las puertas del hospital. Alex vio que Logan irrumpía en el interior y
escudriñaba la sala de espera. Cuando los vio, se detuvo.
Alex se libró del abrazo de Danny y saltó del
regazo de Harry. Pero Logan había visto suficiente. Decir que estaba furioso no
alcanzaba a describir la expresión que llevaba en sus ojos. Tragando saliva, se
acercó a ella y la agarró del brazo, apartándola de Danny y Harry.
-¿Se sabe algo de papá? -dijo con voz tensa y
entrecortada.
«Maldita sea». Parecía estar conteniendo su
temperamento salvaje. Y lo haría, pero no por mucho tiempo.
Alex se negó a avergonzarse. No era una niña, y no
iba a tratarla como si lo fuera.
-Nada, aún estamos esperando.
-¿Cuánto tiempo lleva en el quirófano?
Alex se encogió de hombros. El tiempo carecía de
sentido desde la explosión.
-Cálculo que alrededor de una hora.
-Danny me dijo que estalló una bomba en casa.
-Eso han dicho los bomberos.
-¿Fuiste tú la que sacó a papá de allí?
¿Estaba complacido o enfadado? Podía ser
cualquiera de las dos cosas, ya que Logan era la persona más imprevisible que
conocía.
-Sí -dijo desafiándolo con la mirada.
-Maldita estupidez -escupió su hermano mientras la
envolvía en un abrazo fraternal- maldita valentía. Bien hecho, hermanita.
-Tenía que hacerlo. Tú habrías hecho lo mismo.
Logan sabía que no podría discutirle eso, así que
ni lo intentó.
-¿Te ha examinado un médico?
-Estoy bien. Tengo dos puntos en el brazo y tres
en la pierna. Son simples arañazos...
-Me alegro de que no haya sido algo grave.
Su hermano levantó la mirada hacia Danny y Harry y
les saludó con la cabeza. Controlado. Contenido. Engañoso. Logan podía ser un
auténtico hijo de perra cuando quería.
-Bueno -continuó-. Cambiando de tema... ¿qué coño
haces con esos dos?
Como el tono de Logan estaba teñido de ira, Danny
se levantó y se colocó detrás de Alex. Ella sintió su enorme cuerpo y su calor
en la espalda. Mirándolo por encima del hombro, observó cómo sostenía la mirada
enfurecida de su hermano. En una respuesta silenciosa, Danny le rodeó la
cintura con un brazo marcándola como suya y los ojos de Logan ardieron de
nuevo. Pasó un par de enfermeras por el pasillo cercano, era obvio que estaban
en medio de un cambio de turno, y se detuvieron para observar la escena que se
desarrollaba en la sala.
«Genial. Ahora tenían público». Antes de que las
cosas explotaran, Alex levantó las manos para detener a su hermano.
-Éste no es el lugar ni el momento adecuados para
montar una escena.
-Sólo me preocupo por ti, hermanita. -Levantó la
mirada hacia Danny-. ¿No quieres contarle de qué manera te tiras a las mujeres?
¿O tendré que hacerlo yo?
Si las enfermeras no les hubieran dedicado su
atención antes, ahora lo harían. Danny se tensó a sus espaldas, y Alex supo que
necesitaba aclarar la situación en ese momento.
-Logan, baja la voz. Ya sé todo eso.
Su hermano la miró como si hubiera perdido el
juicio.
-Entonces, ¿por qué demonios les dejas tocarte?
-¡Maldición! - Gruñó Danny a sus espaldas-. No
tienes que...
-Deja que me ocupe yo de esto. Por favor.
Danny vaciló, luego se rindió... a regañadientes. Alex
suspiró. No quería tener que lidiar con eso ahora. No estaba segura de que su
padre fuera a sobrevivir, y estaba demasiado cansada. Pero ella conocía a su
hermano mejor que nadie y sabía cómo conseguir que se mantuviera al margen.
-Sé por experiencia, cómo se tira a las mujeres
-le espetó en voz baja-. Y no creo que sea asunto tuyo. Soy una mujer adulta, y
tomo mis propias decisiones. Puedes aceptarlo o no. Pero no quiero volver a oír
ni una sola palabra más del asunto.
Logan se quedó boquiabierto.
-¿Te acuestas con... los dos?
Su actitud puritana fue la gota que colmó el vaso.
-No me vengas ahora con que te has comportado como
un santo toda tu vida. He oído muchas cosas de ti durante los últimos años, así
que vamos a dejarlo hasta aquí.
Durante largo rato, él no habló. ¿Qué iba a decir
de todas maneras? Alex había oído rumores durante años de que él era un amo
dominante, con un talento especial para utilizar el látigo y conseguir que una
mujer pidiera más. Sería mejor para él que no dijera ni una maldita palabra.
Logan tensó la mandíbula.
-Hace tan sólo tres días estabas comprometida con
otra persona.
-Pero ahora no lo estoy.
La respuesta lo inquietó, pero dejó de discutir.
En su lugar dirigió a Harry, y luego a Danny, una mirada cargada de veneno.
-Si le hacen daño a mi hermana, juro que los
despellejaré vivos y luego los dejaré morir desangrados.
-No es nuestra intención hacerle daño a tu hermana
-dijo Harry, levantándose y, apartando a Alex de Logan y Danny, la envolvió en
un abrazo protector-. Nunca.
-Y cada minuto que estamos aquí discutiendo, es un
minuto más que ella sigue corriendo peligro -gruñó Danny.
-¿Qué diablos quieres decir con eso? -exigió
Logan.
-Hay muchas probabilidades de que el idiota que
hizo volar la casa del coronel esté tratando de hacerle daño a tu hermana. Nos
la vamos a llevar lejos para mantenerla a salvo.
Logan pareció a punto de protestar.
Danny no se lo permitió.
-Sabes que puedo protegerla. Es mi trabajo.
Su hermano respiró hondo, luego le dirigió una
expresión lacónica.
-¿Es eso lo que quieres?
-¿Puedes ocuparte de papá, y mantenerme al tanto
hasta que esto se solucione?
La miró como si quisiera decir que no. Pero no
pudo faltar a la verdad.
-Sí.
-Entonces sí. Debería irme con ellos. Ese
psicópata hizo explotar la casa de papá. Creo que sabía que yo estaba allí. Por
la manera en que ha estado amenazando a papá, no va a abandonar hacernos daño,
no hasta que lo atrapen.
Después de un momento, Logan asintió bruscamente
con la cabeza, luego se giró hacia Danny.
-¿Me tendrás al tanto?
-Sí.
-¿Señorita Alexandra Dawson?
Alex se sobresaltó al oír su nombre desde el otro
extremo de la sala. Se giró con rapidez. Un médico bastante joven se aproximó a
ellos con los hombros encorvados. Parecía exhausto.
Alex sintió que se le encogía estómago. «Oh Dios,
Oh Dios, Oh Dios».
Alex cruzó la sala a toda velocidad. El pelotón de
testosterona la siguió.
-Mi padre...¿Está...?
El doctor miró a Harry, a Danny y a Logan, y luego
a ella, preguntando en silencio si podía hablar con libertad delante de los
hombres.
-Sí -dijo ella con impaciencia-. Son mi hermano y
mis... novios. - Con franqueza, a ella no le importaba lo que el médico
pensara-. Díganos.
Durante un momento, el médico pareció sorprendido,
luego su expresión se suavizó.
-Ha sufrido una conmoción cerebral. Hemos
conseguido detener las hemorragias internas. Esperamos que no se hayan
producido más daños. Es un hombre fuerte, y ése es el motivo de que haya
sobrevivido a la operación. No ha entrado en shock, ni ha caído en coma, y eso
es una buena señal. Estamos tratando de mantenerle estable, pero las próximas
veinticuatro horas serán cruciales. Hasta entonces no sabremos nada más.
********
-¡Danny!
Aquella voz gritando su nombre lo sacó de su
ensimismamiento al atardecer del día siguiente. Danny salió de la barca, subió
al embarcadero, débilmente iluminado y se giró para encontrarse con Morgan
Colé, con su pelo rojizo y una enorme sonrisa. Él le devolvió la sonrisa
mientras ella se acercaba y se inclinó para besarla en la mejilla.
-Hola, muñeca.
-Me alegro de verte. Jack me ha dicho que tienes
que proteger a alguien. ¿Un amigo, tal vez?
Alex era mucho más que eso. Lo había comprendido mientras
después de que ella se marchó, preguntándose si ella estaría viva o muerta, y
la verdad lo había golpeado como un puño.
Pero ante Morgan, se encogió de hombros.
-Algo así. ¿Anda Jack por aquí?
-Está dentro encendiendo los generadores y la
alarma. -Le puso la mano en el brazo intentando reconfortarlo-. Sabes que la
cabaña de Jack es uno de los lugares más seguros del mundo, ¿verdad?
Danny asintió ligeramente con la cabeza.
-Sí. Nadie en su sano juicio se atrevería a
meterse en los pantanos a menos que conozca bien el lugar.
-No, si no quiere convertirse en la cena de los
caimanes -convino Morgan, rodeándole el cuello con los brazos y dándole un
abrazo-. Estarán a salvo.
Maldita sea, eso esperaba. Danny no quería pensar
en las alternativas, no quería volver a sentir el sudor frío del terror
mientras se preguntaba si algún chiflado bastardo había matado a Alex. Ni
sentir aquel doloroso vacío en el pecho al pensar que ella podría haberse ido
para siempre. Sólo pensar en poner nombre a las emociones que esos síntomas
indicaban le hacía sudar.
-Hola, pervertido -gritó Jack, saliendo de la
cabaña-. Aparta las manos de mi esposa. No volverás a tener la oportunidad de tirártela
de nuevo.
A sus espaldas, Danny oyó cómo Harry ayudaba a Alex
a subir al embarcadero. Se percató de que ella había contenido el aliento,
sorprendida. «¡Maldición!». Danny cerró los ojos, mientras un sentimiento de
vergüenza lo inundaba. Era la primera vez que lo sentía en años. En aquel
momento saber que Alex descubriría de primera mano en qué se había convertido
su vida... De repente, odió alguna de las decisiones que había tomado.
-¡Jack! -Morgan reprendió con dureza a su marido y
por su rostro cruzaron distintos tonos de rubor, desde la vergüenza a la ira.
-Oh, lo siento. -Jack le palmeó el hombro con una
expresión contrita-. He metido la pata.
-Pues sí -gruñó Danny. ¿Qué se le iba a hacer?
Después de todo, Jack no sabía que la persona que tenía que proteger era una
mujer. Y aún no había visto a Alex cuando había abierto la boca. A fin de
cuentas, nada de aquello era culpa de Jack, y Danny lo sabía. Era culpa suya.
Jack extendió la mano hacia Alex, ayudándola a
mantener el equilibrio cuando ella puso los pies en el pequeño embarcadero de
madera.
-Bienvenida, señorita. Sé que está usted pasando
por un mal momento, pero Danny es uno de los mejores guardaespaldas que
conozco. No hay lugar más seguro que éste, en medio de la nada, con él.
Asintiendo con renuencia y con los ojos muy
abiertos, Alex estrechó la mano de Jack. Luego él la sujetó por el codo para
guiarla al, porche de la casa, iluminado, en la húmeda tarde de verano, por una
sola bombilla.
-Gracias -dijo ella finalmente.
Jack estrechó la mano de Harry brevemente, luego
acompañó a Alex al interior. Danny observó cómo entraban en la cabaña y se
preguntó qué ocurriría a partir de ese momento. Ahora que había conseguido que Alex
estuviera fuera de las garras del psicópata que había puesto la bomba, tendría
que enfrentarse a varios hechos. Que ella le importaba mucho más de lo que
debería. Que parecía haber roto su compromiso, con lo cual su hambrienta polla
no había tardado en comunicarle a su bien dispuesta mente que ella era un
blanco legítimo. Que Harry y él iba a estar recluidos en esa cabaña con ella
durante días, tal vez semanas. Que deseaba a Alex más de lo que había deseado a
nada o a nadie en su vida.
«Estoy abocado al desastre».
Pasándose la mano sobre el rostro cansado, Danny
se movió a regañadientes hacia la puerta de la cabaña. Lo retuvo una suave mano
en el antebrazo. Morgan. Había habido un tiempo en el que Danny se había
preguntado si no estaría medio enamorado de aquella vivaz pelirroja, si bien
ella era de Jack, con el que llevaba casada tres meses. En el pasado, cuando
entraba en alguna estancia donde estaba Morgan y ella lo provocaba, él sentía
inmediatamente el mordisco del deseo. Hacía unos minutos, mientras observaba la
sorpresa y la cautela de Alex, se había olvidado de que Morgan estaba en el
mismo lugar que él. Y eso lo decía todo, aunque él no quisiera saberlo.
-Dios, lamento que Jack haya abierto la bocaza.
Esa chica es mucho más que una amiga para ti, ¿no?
Él apartó los ojos de la inquisitiva mirada de
Morgan.
-No importa.
-Claro que importa. ¿Estás enamorado de esa joven?
-No puedo.
-No quieres, que es distinto, pero ¿estás
enamorado de ella?
Danny maldijo entre dientes, negándose incluso a
pensar en la respuesta. Maldición, ¿por qué insistía Morgan en sacar eso a
flote? Danny prefería que le ataran un alambre de púas en las pelotas que
ponerse a pensar en ello.
-Pareces a punto de vomitar, así que lo tomaré
como un sí -dijo ella secamente-. ¿Sabe que Harry y tú...?
-Claro que lo sabe. -Danny tragó saliva-. Y tengo
que dejar de pensar en Alex. No está bien lo que deseo.
-Si lo recuerdas, yo pensaba lo mismo de Jack no
hace mucho, pero luego él resultó ser exactamente lo que necesitaba.
Cierto, pero él no iba a tener un final feliz.
Había vivido lo suficiente para saber que los cuentos de hadas podían acabar
convirtiéndose en auténticas pesadillas en un abrir y cerrar de ojos.
-No soy lo que ella necesita. -Ni por asomo.
Suspiró-. Puede que consiga resistir unas horas, con un poco de voluntad, unos
días. Pero ese bastardo que la ha amenazado ha conseguido arrinconarnos aquí,
por lo que probablemente no seguirá siendo virgen mucho más tiempo. Y una vez
que eso ocurra, la destruiré.
La sorpresa atravesó la dulce cara pecosa de
Morgan.
-O podría suceder todo lo contrario. Si tu corazón
te ha guiado hasta ella, es por una razón. Quizá sólo deberías ver a dónde te
lleva.
____________________________________________________________________________
Lamento la tardanza pero aquí está el capítulo. Espero y les haya gustado.
Recuerden que entre más comentarios nos dejen y haya más de 15 likes en el capítulo, más rápido actualizamos.
Nos gusta que dejen sus comentarios y nos gusta leerlos. :D
PD: No se les olvide que si quieren que les avisemos cuando subamos capítulos dejen su user de twitter o manden un tweet a @MissLPoynter ♥
Los queremos ;)
Mrs. L. Poynter & Mrs. Y. Jones
PD: No se les olvide que si quieren que les avisemos cuando subamos capítulos dejen su user de twitter o manden un tweet a @MissLPoynter ♥
Para mi tendríamos que tener el 27 más que prontito como premio a tanta espera jajaja
ResponderEliminarya veremos, ya veremos.
EliminarEstoy enamorada de Danny, me encanto el capitulo, uno de los mejores y eso que todos son asi :D
ResponderEliminarPienso igual que la primera persona que comentó. Ya le dije a Yanan que deberían hacer maratón porque esto cada vez se pone más interesante. Suban pronto.(:
ResponderEliminarTeneis que subir otro ya!! Creo que ahora viene lo interesante e_e
ResponderEliminarSeguid asi, me encanta :)
Yo prefiero a Dougie
ResponderEliminar.________.
EliminarNecesitamos capitulos por la esperaaaaa !! T_T
ResponderEliminarSubid por favor!!! :)
ResponderEliminarChicas suban POR FAVOR.
ResponderEliminarCada vez es peor, queréis matarme ):
ResponderEliminarVosotras antes molabais..
Teneis que subir varios capitulos para compensarnos toda esta espera!!!
ResponderEliminarNo nos hagais sufrir más.
Creo que la cosa se esta poniendo demasiado interesante... Gracias chicas, sigan subiendo. :)
ResponderEliminarPor favooooooor, suban el que sigue, me estoy murieeeendoo! Necesitos saber YA que pasa!!!!
ResponderEliminar