Alex se despertó tras dormir unas horas en la
única cama de la cabaña, acurrucada contra el cálido cuerpo de Harry. Danny no
estaba a la vista. La noche anterior, como todas las que había pasado con ellos
en Londres, él había dormido en otra parte. No es que se hubiera distanciado.
Simplemente estaba asustado. Algo, tal vez su instinto femenino, se lo decía.
No la evitaría de esa manera si no estuviera reprimiendo las ganas de
abrazarla.
Deseó saber por qué lo hacía y qué podía hacer al
respecto. Pero ahora que la habían llevado a mitad de ninguna parte, supuso que
tendría tiempo de sobra para averiguarlo. En cuanto pudiera tranquilizarse. En
cuanto tuviera noticias sobre su padre. Jack, el dueño de la cabaña, les había
explicado la noche anterior que allí en el pantano no había cobertura para los
móviles, pero que podían usar el teléfono de la cabaña.
Apartándose de Harry, que protestó con un gruñido
entre sueños, Alex se levantó y se dirigió a la cocina. La luz grisácea del
amanecer se filtraba por las enormes ventanas panorámicas de la cabaña. Danny
no estaba en el sofá en que había insistido en dormir la noche anterior. Pero
lo vio en el porche, mirando al pantano, con un café en la mano. Un ceño
fruncido dominaba los ángulos afilados de su cara.
Alex suspiró. «Más tarde». Tendría que hablar con
él entonces, su corazón no iba a permitir que se olvidara del problema, pero lo
primero era lo primero. Descolgando el teléfono, marcó el número del móvil de
Logan. Su hermano contestó al primer timbrazo.
-¿Alex?
-Hola, Logan.
-¿Estás bien?
-Genial. ¿Cómo está papá?
-Por ahora sigue estable, gracias a Dios. Las
heridas que tiene habrían matado a un hombre más débil, pero ha superado las
primeras horas críticas. Los médicos se muestran moderadamente optimistas.
Alex soltó un enorme suspiro de alivio.
-Oh, ésas son muy buenas noticias. Geniales. He
pasado toda la noche preocupada.
-No era necesario. Danny me llamó hace unas horas
para comprobar el estado de papá. ¿No te lo ha dicho?
-Estaba... -no iba a admitir delante de su hermano
que Danny hacía todo lo posible para evitarla-dormida.
-¿Dónde estás exactamente? No aparece tu número en
el identificador de llamadas.
-En alguna parte de Brasil. En medio de los
pantanos. Es todo lo que sé.
-Danny dijo algo parecido cuando hablé con él.
Cariño, sé que no es asunto mío, sé que no debo tratarte como si fueras una
adolescente, pero tengo que saberlo. ¿Estarás bien con esos dos?
¿Y quién lo sabía? Todo dependía de si Danny
decidía romperle el corazón de una vez por todas. Las lágrimas hicieron que le
escocieran los ojos, y los cerró con fuerza. Se sentía dolida y crispada, y
estaba cansada de que aquel hombre se negara a quererla y no le dijera por qué.
-Genial. Si hay algún cambio en el estado de papá,
llámame aquí.
-Mensaje recibido. Y llámame si necesitas algo. Lo
que sea.
Estaba claro que le estaba ofreciendo consejo,
pero era imposible para ella aceptarlo. Tras darle las gracias, colgó el
teléfono. Observó que incluso sus suspiros eran temblorosos. Esa semana había
sido muy intensa. Y aún no había acabado.
-¿Va todo bien?
Harry. Alex se giró para mirarle. Despeinado por
el sueño, parecía tan sexy que el corazón de Alex se derritió como el chocolate
bajo el sol. De nuevo, sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Sí -consiguió decir sorbiendo por la nariz.
-Vuelve a la cama, cariño. Necesitas dormir.
Quizá. Pero no creía que ésa fuera la cura para
sus preocupaciones.
-¿Podrías abrazarme?
La expresión de él se suavizó.
-Siempre.
Cogiéndola de la mano, la llevó de vuelta al
dormitorio en penumbra, la tumbó encima de las sábanas blancas y la atrajo
contra su cuerpo para abrazarla. En esa posición, pecho contra pecho, con las
piernas enredadas, Alex no podía ignorar su erección. Se puso tensa.
-No voy a tocarte -le prometió-. A no ser que
quieras que lo haga.
Relajándose de nuevo contra él, Alex no pudo
ocultar su alivio. No era por Harry. El era sexy y dulce. En la cama era
fascinante. Había una intensidad en él que muy rara vez dejaba salir a la
superficie. No tenía doblez. Por supuesto que ocultaba cosas, pero resultaban
demasiado obvias. Dios sabía que podía conseguir que ella se derritiera, que
ardiera, que se retorciera de placer.
Pero en aquel momento, Alex tenía a otro hombre en
mente.
-Estás pensando en vez de dormir -dijo Harry
besándola en la sien-. ¿Qué te preocupa?-Alex vaciló. ¿Hablar sobre Danny y sus
sentimientos hacia él heriría los sentimientos de Harry?
-Ok, rellenaré los espacios en blanco -dijo él
ante su silencio-. Por tu conversación telefónica, deduzco que tu padre se va a
poner bien, ¿no es cierto?
-Creo que sí. Es un gran alivio.
-Bien. La siguiente cosa en tu lista de
preocupaciones es ese lío con Dougie. Pero le has dejado tú, no fue él quien te
dejó. Si pusiste fin al compromiso, ha sido porque no le amas. Y no parece que
te haya afectado la ruptura.
-Para nada. Vive de una manera... simplemente, yo
no podría vivir así. No tardé mucho en darme cuenta de que él no me ama. Ama la
idea que tiene de mí. Piensa que mi pureza e inocencia podrían salvarlo de su
descontrolada existencia como estrella del pop.
-Y tú te diste cuenta a tiempo. Chica lista. -La
besó con ternura en la boca, casi como si la elogiara por ello-. Así que en
cuanto los reporteros tengan a la vista otra noticia, dejarán de acosarte.
-Probablemente.
-Tampoco te preocupa la reacción de Logan cuando
nos vio a Danny y a mí contigo en el hospital. Le dijiste que tu vida personal
no era asunto suyo. Eres demasiado inteligente para dejar que te haga sentir
culpable.
-Él parece haberlo asumido. Más o menos se ha
disculpado esta mañana.
Harry asintió con la cabeza, rozándole suavemente
la cara con sus cabellos.
-Dudo que las notas de los exámenes de enfermería
te tengan al borde de las lágrimas.
-No -admitió ella, intentando no llorar.
-Así que lo que no quieres decirme es que amas a Danny,
porque temes herir mis sentimientos.
Alex alzó una mirada sorprendida hacia la sonrisa
indulgente de Harry. Sin duda era un hombre muy perspicaz.
-Está bien. Lo conoces desde hace más tiempo. Es lógico
que te hayas enamorado de él primero. Con el tiempo, acabarás por amarme a mí
también. Por ahora, considero que tus sentimientos por Danny son una buena
señal.
-¡Ni por asomo! -Comenzó a llorar contra el pecho
de Harry. - Mis sentimientos no importan. En cuanto superé la crisis inicial
por la explosión, Danny volvió a comportarse como siempre. Incluso se niega a
estar en la misma habitación que yo. ¿Qué le pasa a ese hombre?
-Ya sabes que te desea. Y estoy completamente
seguro de que también te ama.
Dios, cómo deseaba que eso fuera cierto. Pero
desear algo no hacía que se convirtiera en realidad, y ella aún tenía que
luchar a brazo partido con el abismo que él se había propuesto mantener entre
ellos.
-Creo que le importo. Pero no va a hacer nada al
respecto. Hay algo... miedo tal vez, que se lo impide.
Harry asintió con la cabeza.
-Sí, pero tú puedes obligarlo a enfrentarse a ello
y superarlo.
¿Se habría vuelto Harry estúpido?
-¿Cómo? No sé lo que...
-No es necesario que lo sepas -le aseguró-. Él te
lo dirá. Oblígalo a hacer el amor contigo y, antes de que te des cuenta, te lo
contará todo.
-Pero no puedo obligarlo a hacer el amor conmigo.
-Más lágrimas le anegaron los ojos, y Alex negó con la cabeza. Maldita sea,
odiaba llorar. No era su estilo. Pero jamás había tenido una semana tan
emocional-. Me ofrecí a él casi desnuda y le rogué que me hiciera el amor. No
lo hizo. Su voluntad es más fuerte que su deseo.
Harry depositó otro beso suave y tranquilizador
sobre los labios de Alex.
-No es cierto. Es sólo que está...obsesionado.
-Ya. ¡Con mi virginidad! -Suspiró y se enjugó las
lágrimas que le rodaban por las mejillas-. Quizá, si ya no fuera virgen...puede
que si tú quisieras...
Él gimió. -Oh, me estás matando, cariño. Acabarás
conmigo. -Como para demostrar que tenía razón, Harry rodó sobre sí mismo y
presionó su erección contra ella-. Me encantaría ser el primero y me sentiría
muy honrado... no sabes cuánto. Pero creo que Danny lo necesita más que yo.
Alex abrió la boca para preguntar, pero él le puso
un dedo sobre los labios para silenciarla.
-De nuevo, es algo que sabrás cuando conozcas su
historia.
-Entonces estamos abocados al fracaso -masculló
ella-, porque no va a ceder.
-Lo hará. Creo que ya está a punto de hacerlo.
Harry permaneció en silencio y se apoyó en los
codos mirándola con una expresión solemne.
-En el momento que le conté a Danny lo sucedido,
cogió las llaves del coche y salió disparado hacia la puerta. Tuve que correr
tras él para poder subirme a la Hummer antes de que lo sacara del garaje.
Durante todo el trayecto a casa de tu padre no hizo más que llamar por
teléfono, maldecir y rezar. Condujo por lo menos a ciento cincuenta por hora, y
sujetaba el volante con tanta fuerza que me sorprendió ver que aún circulaba
sangre por sus dedos. Llegué a pensar que iba a darle un infarto antes de que
llegáramos y descubriéramos que estabas ilesa.
¿Qué quería decir con eso? Alex miró a Harry desde
debajo de las pestañas, pensando a toda prisa. Para ella, eso indicaba que le
importaba. Bueno, que le importaba mucho. Pero ¿cuánto?
-Jamás le había visto así -añadió Harry.
Harry estaba tratando de decirle que Danny la
amaba. ¿Por qué? Le parecía descabellado, sobre todo porque ni el propio Danny
se lo diría nunca.
-Vamos a imaginar por un momento que él...
-...te ama -terminó Harry por ella, interrumpiendo
su titubeo-. Créeme.
-Me parece que sólo el tiempo y la paciencia podrá
resolver este dilema.
-Quizá no -respondió Harry, pasándose el pulgar
por el labio inferior-. Tengo una idea, pero es arriesgada. Correremos un gran
riesgo -admitió él-. Para que todo salga bien, tendrás que confiar en mí por
completo.
-Eso ya lo hago. Pero seguro que sería más fácil
que me contaras su secreto y que fingiera que no lo sé.
-No podrías fingir ante algo así. Además, eso no
ayudaría a Danny a superarlo, y necesita hacerlo.
Alex se moría de curiosidad, pero se mostró
conforme.
-Vale. Si acepto tu idea, tendré que confiar en
ti, ¿Qué más?
Una pequeña sonrisa. Otro tierno beso.
-Tendrías que comprometerte por completo. Y
deberás estar dispuesta a enfrentarte a las consecuencias si no pica el
anzuelo.
La gravedad de las palabras de Harry le puso a Alex
un nudo en el estómago. Hablaba totalmente en serio.
Alex soltó un tembloroso suspiro.
-¿Nos podría salir el tiro por la culata?
La expresión de Harry decía que no quería admitir
la verdad, pero no iba a mentir.
-Sí.
-Pero ¿crees que esto lo ayudará a superar su
miedo a estar conmigo?
Durante un largo momento, Harry permaneció en
silencio.
-No es seguro, pero creo que será nuestra mejor
opción.
Harry no estaba presionándola, pero Alex estaba
segura de que él esperaba que ella aceptara su gran idea.
-Si hago esto, ¿qué esperas para ti? Danny me dijo
una vez que querías casarte y tener niños.
-Culpable. -Tuvo la elegancia de brindarle una tímida
sonrisa-. Me encantarían esas cosas, y creo que encajarías perfectamente en
nuestras vidas. Pero si al final resulta que no es así, al menos habrás ayudado
a Danny a curarse. Además de ser mi primo, es mi mejor amigo.
Y no hacía falta decir que quería a Danny de las
dos maneras: como familiar y como amigo. La preocupación y el afecto le
suavizaban la oscura mirada. Alex no necesitó pensárselo dos veces.
-Cuéntame los detalles y pongámonos manos a la
obra.
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Parte 1 de 4....
Por fin los has subido !!
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