lunes, 7 de mayo de 2012

Capítulo 19



-¿Te han estado enseñando? ¿Has permitido que te follaran...?

-No -le interrumpió-. Ya te dije que vendría a ti siendo virgen y lo sigo siendo.

Sólo porque Danny no la había aceptado. Maldición, volvía a sentir aquel dolor de estómago otra vez, y cada vez era peor. Se recostó en el respaldo, respiró hondo, pero seguía doliendo. Se suponía que el tiempo lo curaba todo, pero aquel dolor no se aliviaba ni desaparecía.

Alex no se había ofrecido a Danny porque hubiera sentido lástima por él. Como si su virginidad fuera un premio de consuelo. La única cosa que Alex había deseado aquella noche había sido sanarle, conectar con él. Amarle. De alguna manera, a pesar de las horribles palabras que luego le había dicho él, una parte de ella -una gran parte- había esperado que Danny aceptara su oferta y que se hubiera acostado con ella. Sospechaba que si él hubiera tomado su virginidad, habría podido ayudarlo a nivel emocional. Pero ahora jamás lo sabría.

Dougie soltó un suspiro de alivio.

-¿Así que sólo hablaron contigo?

-Me tocaron. Y aprendí a tocarlos. -No pensaba mentir.

Lo que sí que no le diría era que estaba enamorada de otro hombre. Una expresión feroz atravesó el rostro blanco de Dougie.

-¿Cómo te tocaron exactamente?

-De la manera necesaria para que yo comprendiera el placer que se obtiene al ser compartida y poder ofrecértelo a ti. Jamás he esperado que cambies tu sexualidad por mí. Así que intenté adaptarme.

«Y todo gracias a un fascinante y terco soldado con el que al final he acabado quemándome».

La respuesta pareció aplacarlo.

-Eso es... genial. Eres una mujer asombrosa. Pero tú no eres como una de esas putas, una de esas chicas tontas que tengo a mi alrededor todo el tiempo. Jamás he tenido intención de compartirte. Ni con Tom ni con nadie. Si te convierto en una chica mala, ¿cómo podrías ser mi tabla de salvación?

Aunque parecía hablar medio en broma, Alex no le veía la gracia. Tenía que conseguir que él se deshiciera de esa imagen de Virgen María que tenía de ella.

-Gracias por no querer compartirme con Tom.

Dougie se incorporó y la atrajo hacia él.

-Eres mía, nena. Hemos pasado demasiados años manteniendo una relación a medias. Eres la única que realmente me conoce. Eres la única que me importa lo suficiente para intentar cambiar.

-No te he pedido que cambies por mí.

-Pero yo sí quiero hacerlo por ti. Por ti, quiero ser un hombre mejor. Y lo soy cuando estoy contigo.

Sus palabras eran conmovedoras, pero estaba confundido. ¿Por qué pensaba Dougie que tenía que cambiar? ¿Desde cuándo pensaba así? ¿Y por qué la veía a ella como una meta a alcanzar?

-Quizá podamos llegar a un acuerdo. Tú intentas ser un poco mejor, y yo intento ser un poco menos inocente. Quizá resulte.

Él vaciló.

-¿A qué te refieres con eso de ser un poco menos inocente?

-No tengo pensado seguir siendo virgen toda mi vida.

¿Por qué no ofrecerle su inocencia a Dougie? Llevaba años reservándose para él. Y Danny ya la había rechazado a pesar de lo mucho que la deseaba.

Dougie no respondió de inmediato.

-Y me parece lógico, pero tengo un plan. Sólo necesito que me des un poco de tiempo. Todo irá bien, hermosa. Ya verás -dijo con aquella sonrisa que con tanta frecuencia brindaba a las cámaras.

No era su verdadera sonrisa. Su auténtica sonrisa, que ella recordaba de aquel verano juntos, era picara y asimétrica. Era picara y torcida. Aquélla, sin embargo, era simétrica y falsa.

Alex frunció el ceño.

-Corta el rollo, Dougie, y dime exactamente qué plan es ése.

-No. No te lo voy a decir. Tengo que pensarlo bien. Ven a la gira y ya lo descubrirás.

-¿Cuándo nos vamos? -

Tras cinco años de espera y un corazón roto, ¿por qué seguir dejando su relación en suspenso? Alex quería seguir con su vida, hallar la manera de ser feliz de una vez. Y olvidar a Danny. Él era parte del pasado. La había ahuyentado, así que Alex seguiría adelante, esperando que pronto Dougie y ella encontraran el camino adecuado.

-Dentro de una semana. -Le sostuvo las manos-. Estaré encantado de tenerte conmigo y que me ayudes a mantener el control. Todo será diferente. Te sorprenderás, ya verás. Haré que la espera merezca la pena.

*************

-¿Dónde estás? -le preguntó su padre por teléfono esa misma noche. Acurrucada en el sofá de la suite de Dougie mientras la banda ensayaba, Alex sujetaba con fuerza el móvil.

-Estoy en Londres, papá. Con Dougie. Estará en Inglaterra durante unos meses y vamos a pasar algún tiempo juntos.

Su padre guardó silencio un rato.

-¿Sabes lo que dice la prensa de él? ¿De su vida sexual?

El coronel seguía siendo su padre a pesar de que hacía ya tiempo que ella había dejado de ser una niña.

-Sí, papá. Ya hemos hablado de ello. -Era el momento de cambiar de tema antes de que él preguntara qué había querido decir con eso, antes de que le preguntara dónde (y con quién) había estado antes de ir a Londres-. ¿Dónde estás tú?

-Espero que tengas cuidado -le dijo él, ignorando la pregunta.

Eso por intentar cambiar de tema.

-Eso haré. Ahora ya soy toda una mujer.

-Sí. -El escupió las palabras, como si odiase admitirlo-. Al volver la vista atrás, me pregunto si tus hermanos y yo no te habremos sobreprotegido después de que tu madre muriera.

¿Conoces la clase de vida que lleva alguien como Dougie? Oh, por supuesto. Había aprendido lo suficiente de Danny y Harry, incluyendo el dolor.

-Por favor, no te preocupes. Hiciste un gran trabajo ejerciendo de padre y de madre a la vez. Logan y Hunter fueron los típicos hermanos sobreprotectores que me espantaron todas mis citas y se burlaron de mí cada vez que me maquillaba, pero, créeme, no estoy tan traumatizada. Me las arreglaré.

La risa ronca de su padre le enterneció el corazón.

-Conozco a Dougie desde hace mucho tiempo -continuó ella-. Llevamos años esperando una oportunidad. Sólo tenemos que aprovecharla.

-No te veo como seguidora de una superestrella. -El tono desaprobador de su padre no podía ser más evidente.

Alex tampoco se veía de esa guisa, la verdad. ¿Podría vivir la vida nómada de Dougie? ¿Podría permitir las largas ausencias de él con su banda para vivir como siempre lo había hecho? Incluso aunque él quisiera cambiar, llevaría su tiempo. ¿Y si, algún día, tras llevar años casados se daban cuenta de que aquello no funcionaba? ¿Podría ella dejar de amar a Danny? ¿De quererlo? ¿De desearlo? ¿Podría aceptar a otra persona? ¿Cómo era posible que un hombre destrozara todos sus planes en tan sólo unos días?

-No soy una groupie. Y ésta es nuestra oportunidad de conocernos bien. Deja que lo intente.

-No me gusta. Dougie solía ser un buen chico, pero por lo que he oído de él... creo que será un error.

Alex sintió un nudo en el estómago. Su padre estaba convencido de lo que decía. Aunque el coronel llevaba años sin ver a Dougie, sólo había oído cosas de él. No era lo mismo.

-Pues será mi error.

Su padre suspiró.

-Sí, es cierto. Pero ten cuidado, y en más de un sentido.

-¿Qué quieres decir?

-Ahora mismo voy a tomar el avión a casa desde Tailandia. Cuando llegue a Inglaterra quiero comprobar que tus hermanos y tú están bien.

-¿Todavía te están amenazando?

-Sí. Me siguen enviando unos e-mails espeluznantes y me dejan mensajes amenazadores en todos lados. No sé quién es, pero va en serio. Ya sabes cómo son estos chiflados, y jamás amenazan en vano. Y éste te ha mencionado a ti, y me ha dicho que te hará daño para hacérmelo a mí.

-Eso no es nada nuevo y jamás me ha ocurrido nada.

-Siempre hay una primera vez. Este psicópata parece muy tenaz, así que me sentiré mucho mejor si no vas sola a ningún lado. Recuerda tus clases de autodefensa. ¿Podría convencerte para que lleves un arma?

Un escalofrío de inquietud la atravesó, afilado como una cuchilla de afeitar e imposible de ignorar. Algunos pirados dedicaban sus vidas a esperar que sus presas se relajaran y bajaran la guardia. ¿Quién sabía cómo sería ese tipo?

-No tengo permiso de armas. Pero estaré bien. Siempre estoy rodeada de gente.

Su padre gruñó al teléfono, como si quisiera decir algo más, pero supiera que sería perder el tiempo.

-Entonces, ¿vendrás a visitar a tu anciano padre cuando esté en casa?

-La gira de Dougie se detendrá en Bolton la segunda noche. Me pasaré por casa cuando estemos allí. Estoy deseando verte.

-Yo también. Cuídate, nena. Te he echado mucho de menos.

Llevaba años sin llamarla así. Hacía mucho tiempo que no se dirigía a ella con ningún término cariñoso.

-¿Me estás ocultando algo?

Él vaciló.

-No, sólo quiero que tengas cuidado.

*******

-¿Qué tal los ensayos? -le preguntó Alex a Dougie cuando éste entró en la suite del hotel a media tarde casi una semana más tarde.

Iba sin camisa, podía ver que tenía el pecho y brazo derechos con muchos tatuajes y el pelo rubio mojado caía sobre su rostro por la ducha reciente. Con una toalla en la mano y una botella de agua en la otra, recorrió la estancia con gracia perezosa. Los músculos de sus hombros se movían sinuosamente cada vez que se frotaba el pelo con la toalla, y la nuez le oscilaba arriba y abajo al beber el agua.

Sus rasgos perfectamente simétricos esbozaron una sonrisa igual de simétrica. En los últimos cinco años, Dougie había madurado definitivamente. No era sólo un niño bonito, sino que se había convertido en un hombre realmente guapo. No era de extrañar que su rostro apareciera en posters, vallas publicitarias y portadas del mundo entero. Tras largos años de comunicarse con él sin verlo, Alex estaba aturdida de nuevo por su belleza.

Le gustaba mirarle. Sólo mirarle. No sentía ningún impulso de tocarle. Por el contrario, se moría por ver unos ojos azul oscuro, un pelo cortado al uno, una tensa mandíbula cuadrada y una dura cara llena de lujuria por ella. Maldita sea, tenía que dejar de pensar en Danny. Eso no la ayudaba en absoluto. «¡Céntrate, Alex!». Lo que sí que la ayudaría sería sentir el ardiente deseo de estar desnuda con Dougie, el mismo deseo que sentía cuando Danny la miraba o Harry la besaba tan tiernamente. Pero ese deseo de revolcarse y acostarse con Dougie seguía sin aparecer.

En los últimos días incluso había sentido alguna chispa por él, brillantes y fugaces como el flash de una cámara, que luego desaparecían. Pero nada más. Y parecía que tampoco Dougie se hubiera sentido lleno de deseo por ella. La había besado dulcemente todas las mañanas y tiernamente cada noche, y luego se había ido a la cama, dejándola a ella sola en la suya. Gracias a Dios.

Pero Alex no podía evitar preguntarse si había algo malo en ella para que ningún hombre quisiera tomar su virginidad. Confundida por todo ello, Alex sacudió la cabeza. Pero ahí no acababa todo. En tan sólo unos días, Danny, un hombre del que se había jurado a sí misma no enamorarse, había irrumpido en su corazón y se había instalado en lo más profundo de él.

Se sentía como una tonta. Amar y echar de menos a un hombre que jamás correspondería a sus sentimientos era una insensatez. Dougie había estado en sus sueños, en sus planes, durante mucho tiempo. Se suponía que iban a compartir la vida. Cierto que él ya no era el mismo adolescente despreocupado y alegre que ella recordaba. Pero ella tampoco era la misma mujer. Ya no lo veía todo de color de rosa. Y mucho se temía que Dougie no tenía lo que ella necesitaba.

-El ensayo ha sido la misma jodienda de siempre. -Hizo una mueca como si recordara que ella estaba allí-. Tampoco es que me sorprendiera. No todo el mundo puso el máximo empeño en hacer su trabajo. Los gilipollas tenían resaca. -Puso los ojos en blanco-. Para colmo tenía la prensa encima todo el rato. Parece que no tienen otra cosa que hacer que sacarme en las noticias cada vez que toso. Ojalá no me siguieran a todas partes, pero Cal no hace más que animarlos. Todo por mi imagen.

-Seguro que sus intenciones son buenas. El concierto de esta noche será genial, ya lo verás. -Alex se esforzó en parecer comprensiva, como una amiga debería serlo. Pero no estaba familiarizada con el lado gruñón de Dougie.

-Cal sólo busca llenarse los bolsillos. Es un avaro hijo de perra. Si no fuera uno de los mejores en su trabajo, le habría dado una patada en el culo hace tiempo. Actúa como si yo necesitara un jodido padre que me mantuviera a raya.

Alex no había visto demasiado a Cal, pero sí lo suficiente como para saber que aquel hombre consideraba su deber evitar que Dougie se autodestruyera.

-Está tratando de ayudarte.

-Lo único que hace es fastidiarme.

-Pues sólo tienes tres alternativas. O lo despides. O te aguantas. O le pides que sea más amable contigo.

Aquello interrumpió la acalorada rabia de Dougie.

-Maldición, tú sí que eres lista. Te pareces a tu padre, no tienes pelos en la lengua. Sabía que había una razón para que te invitara a la gira conmigo.

Dougie esbozó una sonrisa, y parte de la tensión desapareció de su cara, luego la abrazó y la besó en la frente. Alex se esforzó por disfrutar de su calidez, pero las palabras de Dougie aún le rondaban en la cabeza, distrayéndola. Y aunque él era muy atractivo, ella sentía que no se encontraba en el lugar adecuado. Y sabía por qué. «Condenados Danny y su terquedad».

Alex se apartó del abrazo.

-Entonces, ¿está todo listo para el concierto?

-Bueno, al final sí. El local es estupendo. Lo cierto es que estoy esperándolo con ansia.

La mirada que Dougie le dirigió la desconcertaba. Era reservada, nerviosa, ansiosa, tierna. «Interesante...»

-¿Porque da inicio a la gira?

-No. Es este concierto en concreto. Estoy algo nervioso.

Alex sonrió y le cogió de la mano, recordándose a sí misma que Dougie necesitaba un amigo. En realidad, eso es lo que ella era para él. Por lo que había visto, ni Tom ni Cal ejercían esa función. No era de extrañar que estuviera enfadado. Ni que sintiera inquieto por ese concierto. Como amiga suya, Alex podría ayudarle a tener confianza.

-Estoy segura de que el primer concierto de una gira es excitante. Todas las entradas están vendidas. Los fans llenarán el foro. Te adoran. No tienes de qué preocuparte.

-Oh, no me preocupo por eso. A veces, pienso que podría cantar Mary tiene un corderito, y todos me animarían de la misma manera. -Se rió con sarcasmo-. Es una locura. - ¿Entonces qué sucede?

-Ya lo verás.

El sonsonete iba acompañado de una extraña mirada. Definitivamente, Dougie tenía un secreto. Se traía algo entre manos.

-¿Qué estás planeando?

-Tendrás que esperar a esta noche para descubrirlo.

-Lo estoy deseando. -Pero en realidad no era así. Un temor que no comprendía le revolvió el estómago. Las sorpresas no siempre eran buenas. - ¿De qué se trata?

-Mmm, te aseguro que te gustará. -¿Estaba él enfadado porque ella no estaba saltando como una loca tratando de averiguar el secreto?

-Espero que así sea.

Él la miró fijamente, aquellos ojos oscuros y penetrantes parecían ansiosos y confusos. Ella suspiró.

-¿Qué sucede?

-Nada.

Una negativa directa. ¡Qué hombre tan caprichoso! Pasaba del júbilo a la tristeza, de la travesura al mutismo, en un santiamén. Y por lo que Alex había podido ver, todos tenían que adaptarse a su estado de ánimo. Dougie estaba acostumbrado a que todo el mundo estuviera pendiente de él. Se parecía muy poco a su padre y a sus hermanos que sólo tenían tres modalidades: trabajo, risa y cólera... en ese orden. Dougie, sin embargo, era todo un mapa emocional.

-¿Qué ha sucedido con el Dougie que conocía? -La pregunta se le escapó antes de poder detenerla.

Dougie clavó la mirada en ella.

-¿A qué te refieres?

Alex contuvo el deseo de removerse inquieta y apartó la mirada. Pero no habían mantenido una conversación sincera en la última semana. Vana y superficial, sí. Dougie le había preguntado por su familia, por sus estudios, y se había interesado ligeramente por sus planes de futuro.

Por otra parte, ella tampoco se había mostrado muy comunicativa. No podía soltarle de buenas a primeras que no podía pensar en el futuro cuando ni su corazón sabía lo que quería. Además, él parecía absorto en esa gira y no había abierto su corazón a Alex. Algunos días, apenas le hablaba.

A diferencia de Danny, que siempre se comunicaba con ella incluso con una simple mirada. Le decía las cosas a la cara, quisiera ella o no escucharlo.

-Creo que ya sabes lo que quiero decir -murmuró ella, esforzándose por apartar de sus pensamiento al duro guardaespaldas-. Has...cambiado.

-Tú también. Eres más confiada, madura y endiabladamente sexy.-Se inclinó hacia ella y depositó un beso tierno en sus labios-. Cuando estoy contigo, me siento más yo mismo, más centrado. Supongo que lleva un tiempo acostumbrarse a no andar de fiesta todo el rato.

Quizá fuera cierto. ¿Quién sabía? De alguna manera, Alex tenía la sensación de estar hablando con un desconocido.

-No estoy aquí para cambiar tu vida.

-Necesito cambiarla y sé que tú eres la clave. Recuerdo ese verano que pasé contigo y con tu padre, y recuerdo las cosas que hablamos, que hicimos. Encontramos maneras sencillas y buenas de divertirnos. -Hizo una pausa, y un destello hizo brillar sus ojos oscuros-. Oye, ¿sabes qué tengo en DVD?

Aquella sonrisa de Dougie destilaba travesura. Y un atisbo de felicidad. Una sonrisa de verdad. La primera que le había visto en una semana.

Alex se relajó y le devolvió la sonrisa.

-¿American Pie?

-Sí. Y aún tengo unas cuantas horas libres antes de tener que pisar el escenario, ¿quieres...?

¿Ver juntos la película que les había hecho llorar de risa aquel verano?

-Claro.

-Espera un momento.

Se inclinó sobre el respaldo del sofá y agarró el teléfono. En unos segundos había pedido palomitas al servicio de habitaciones. Para cuando encontró el DVD, supo conectarlo a la televisión de plasma de la suite y dio don el menú en la pantalla, llegaron las palomitas. Durante más de una hora, se rieron de las travesuras de aquellos cuatro adolescentes del instituto que lo único que querían era perder su virginidad la noche del baile de graduación.

-Mira esto. - Dougie cogió un puñado de palomitas y las lanzó al aire tratando de cogerlas con la boca abierta.

No lo consiguió y le golpearon la mejilla, provocando la risa de Alex.

-Asombroso.

-Bueno, hace mucho que no practico. Y me sale mejor con los M&M's.

Ella le dio un golpecito en el hombro.

-Excusas, excusas.

-Veamos si tú lo haces mejor.

Arqueando una ceja, Alex cogió un puñado de palomitas y lo lanzó al aire. La mayoría aterrizó en su lengua. Le dirigió a Alex una sonrisa engreída.

-Fanfarrona -murmuró él, pero le pasó el brazo por los hombros mientras se acomodaban para ver el resto de la película.

Y realmente estuvieron cómodos, pero en plan amistoso. Cuando la película finalizó, Dougie apagó la televisión y el reproductor de DVD con una enorme sonrisa.

-Esa película siempre me recuerda el verano que pasamos juntos. No creo haber pasado otro mejor. Sin presiones. Sin admiradores. Sin fiestas. Sólo me divertía.

-Yo también me divertí mucho ese verano.

En el aire se respiraba la esperanza del primer amor. En aquel tiempo, habían sido inocentes -nunca habían ido más allá de los besos-, pero cada uno de ellos había parecido ardiente y prohibido. Y dulce. Y Dougie había comprado ese DVD porque le recordaba a ella, y lo había llevado siempre consigo. Verlo juntos de nuevo había sido como una explosión.
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Lo siento chicas, habíamos estado muy ocupadas este fin de semana y no pudimos actualizar. u.u

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Gracias por tenernos paciencia.  
Los queremos ;)
Mrs. L. Poynter & Mrs. Y. Jones

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3 comentarios:

  1. Me tiene mal lo que Dougie planea ._. Quiero saber ya!

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  2. Esos recuerdos del verano de Dougie y Alex me matan. Quiero saber la sopresa de Dougie, siganla.

    Atte: Fer

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  3. no se porque se me vino a la cabeza que Dougie esta metido con las amenazas del padre de Alex ._____________.
    espero que sean equivocaciones mías (?

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