Capítulo 17

Harry salió enfurecido de la  estancia dirigiéndose a grandes zancadas hacia la habitación que compartía con Alex. Danny agachó la cabeza. Era un cobarde. Y odiaba serlo.

Había llevado a cabo misiones por todo el planeta, asesinando generales hambrientos de poder en agujeros de mierda del tercer mundo, rescatando rehenes de terroristas fanáticos, desactivando bombas en el último segundo. Y Alex lo asustaba mucho más que todo eso.

-No, cariño. Por favor. No te vayas. -Oyó las palabras de súplica de Harry-. Danny es sólo un asno. Quédate conmigo. Te quiero. Yo...

-Harry, no funcionaría. Tengo que irme...

Las lágrimas presentes en su voz retorcieron las entrañas de Danny cuando oyó que ella recogía las llaves del coche del platito del vestíbulo y se dirigía a la puerta principal. Se dirigió a la esquina del vestíbulo y miró a escondidas.

-No te vayas -intentaba convencerla suavemente Harry.

-Explícame por qué está haciendo esto. -Se enjugó las lágrimas de las mejillas-. ¿Por qué siempre me presiona tanto? ¿Qué le pasa?

Danny se puso tenso. Maldición, esperaba que Harry no se pusiera a contar todos sus secretos para tranquilizar a Alex y conseguir que se quedara. Entonces ella lo vería como el monstruo que era...

-Es un secreto de Danny, y sólo a él le corresponde contarlo -dijo Harry a regañadientes.

-Entonces no puedo quedarme -dijo Alex, cruzando la puerta.

Harry la agarró del brazo.

No te vayas. Por favor. Ignóralo. Quédate conmigo.

-Danny no me quiere aquí. Ha sido evidente desde el principio, y no debería haberle impuesto mi presencia. He aprendido la lección. -Alex le acarició el brazo, se puso de puntillas para besarle en la mejilla-. Gracias por todo lo que has hecho. Creo que sé lo suficiente para complacer a Dougie, y ése era el objetivo.

- Es una estrella del pop con una vida nómada y una reputación escandalosa. Tú eres la clase de chica que se merece tener una casa y amor. Estoy preocupado por ti y quiero...

Alex interrumpió las palabras con un suave beso. Danny casi pudo saborear su pena y su dolor mientras los observaba. Luego ella contuvo un suspiro tembloroso.

-Harry, tengo que irme. A mí también me importas, pero no puedo quedarme. Me hace demasiado daño.

«Oh, maldición». Alex abrió la puerta y se volvió antes de salir. La mirada de ella se clavó en la de él y Danny se sintió como si le dispararan en el pecho. Le ardía la mejilla donde ella lo había abofeteado, él último lugar donde lo había tocado.

Ya no volvería a tocarlo más. Maldición, aquello no podía doler más. Alex no dijo una sola palabra. Sólo negó con la cabeza y salió, cerrando la puerta de un portazo.

A Danny le fallaron las rodillas y tuvo que apoyarse contra la pared, cerrando los ojos ante el infierno que se cernía sobre él. Harry maldijo suavemente, una palabrota que Danny dudaba que su primo hubiera pronunciado en su vida.

No cabía duda de que se encontraba en graves problemas. Harry tenía derecho a estar enfadado y Alex tenía derecho a odiarle. Pero no podría odiarle más de lo que se odiaba a sí mismo.

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Estúpido Danny!!!!!  :@


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Mrs. L. Poynter & Mrs. Y. Jones

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