domingo, 22 de abril de 2012

Capítulo 10



Antes de comenzar a leer pueden ponerse en ambiente escuchando I need a woman... la voz de Danny, los gemidos de Danny *-* ok ya, disfruten el capítulo:

Abróchate el cinturón, cariño -murmuró Harry-, va a ser un viaje muy movido.

Apenas había terminado la frase antes de que Danny se inclinara, ahuecando uno de los pechos de Alex con una mano mientras lo cubría con su boca. Harry siguió su ejemplo, lamiéndole con la lengua el otro pezón. Deslizó los dedos suavemente por la curva de las caderas para contrarrestar los duros y afilados tirones que ambos estaban dándole a los turgentes pezones con los dientes.

Alex se arqueó hacia atrás jadeando. Se había puesto de puntillas como si estuviera tratando de absorber las sensaciones o de acercarse a sus bocas. Ella cerró la mano sobre el cabello de Harry para atraerlo contra su pecho. Harry recibió con agrado el tirón en su cuero cabelludo, y ella se aferró a él, indefensa ante la oleada de placer.

Las succiones y los voraces lametazos, junto con los fuertes jadeos de Alex, llenaban el aire. Ella era perfecta. Con cada lametazo, sus pezones se endurecían cada vez más contra sus lenguas...De repente, Danny gruñó a su lado:

-Sigamos con el plan.

Ah, el plan, el que habían estado ideando mientras Alex había permanecido recluida en la guarida preparando los exámenes. Todo ese tiempo Danny se había estado paseando por la cocina de un lado a otro, como si se lo comiera la impaciencia, mientras Harry cocinaba.

A regañadientes, Harry abandonó la almibarada perfección del pezón de Alex. Ya tendría tiempo más tarde -toda una vida, si las cosas salían como él quería- tan pronto como aplacara a la hambrienta bestia que tenía a su lado. La verdad fuera dicha, pensar en lo que iba a ocurrir esa noche, despertaba también a su propia bestia interior.

Sabiendo que era demasiado pronto para eso, reprimió esos pensamientos. Ante la pérdida de sus caricias, Alex gimió implorante. Harry se arriesgó a mirarle los pechos. Tuvo que tragar aire. Sus pezones ya estaban de color granate, visiblemente hinchados y duros. La imagen casi hizo que se olvidara de los planes y quisiera pasarse la noche prodigando atenciones constantes a aquellos hermosos pechos.

-Ahora. -La impaciencia resonó en la orden de Danny.

«Tranquilo, chico, tranquilo». Harry le dirigió a su primo una mirada de advertencia antes de volverse hacia Alex. Con cuidado la ayudó a quitarse la minifalda y el tanga. Dios, era preciosa. Esbelta, pero con curvas. Atlética, pero sin resultar masculina. Lo suficientemente alta para ser grácil, pero no tanto como para parecer torpe. Era, simplemente, perfecta.

Harry sonrió ante sus propios pensamientos y la tomó por los hombros.

-Cariño, la noche anterior queríamos que te acostumbraras a aceptar las caricias de dos hombres.

A pesar de los ojos aturdidos y las pupilas dilatadas, ella asintió con la cabeza.

-Lo sé.

-Bien. Muy bien. Esta noche aprenderás cuánto placer puedes darnos tú. Y será todo un desafío puesto que quieres seguir siendo virgen y aún no estás preparada para aceptarnos en ese dulce trasero.

Alex se quedó meditando, intentando descifrar sus palabras.

-No sé nada de sexo oral.

Él le acarició los hombros, tranquilizándola.

-De eso nos ocuparemos todos juntos.

Mordisqueándose los labios, ella asintió con la cabeza. Luego se pasó la lengua por el labio y la imagen golpeó a Harry con otra oleada de pura lujuria. A su lado, Danny parecía a punto de perder la paciencia... y el control. Harry apoyó las manos en los hombros de Alex y la instó a ponerse de rodillas ante él. Ella se arrodilló lentamente, algo indecisa pero sin apartar la mirada de Danny. Harry siguió la mirada de Alex y la imagen le provocó otra oleada de lujuria. Suspiró. Suponía que eso zanjaba la cuestión de quién disfrutaría primero de la sedosa boca de Alex.

Arrodillándose detrás de ella, Harry se quitó bruscamente la camisa, observando cómo Danny se quitaba también la suya y la arrojaba al otro lado de la habitación, luego comenzó a desabrocharse uno a uno los botones de los vaqueros. Harry se situó tras Alex, posó las manos en los hombros femeninos y observó cómo ella clavaba la mirada en la porción de musculoso abdomen lleno de pecas y el castaño vello púbico que Danny iba dejando a la vista, luego su primo se bajó los vaqueros y su miembro saltó libre en toda su longitud.

Danny se pasó la mano por la erección, como si no pudiera estar ni un minuto más sin recibir estimulación. Detrás de Alex, Harry se encontraba en un estado parecido e hizo una mueca mientras acomodaba su propio miembro. Luego apoyó las manos en las caderas desnudas de Alex y le acarició la suave piel.

-Tócalo -murmuró Harry.

-¿Cómo?

Harry no podía detener sus manos errantes, de las caderas las deslizó al vientre y a los pechos. Con los pulgares le acarició los pezones duros como guijarros. Se los apretó. Quería comprobar lo mojada que estaba. Pronto...«Maldita sea, ten paciencia». En ese momento, no podía distraerla.

-Toma el miembro de Danny en la mano y acaríciale, justo como está haciendo él.

Tan lentamente que Harry empezó a sudar, Alex estiró el brazo y tomo la dura carne de Danny en su mano. La deslizó hasta la punta, y le pasó el pulgar por el glande. Danny gimió con tanta fuerza que el sonido retumbó en su pecho.

-Muy bien -la elogió Harry -. Ahora sube la mano y vuelve a bajarla.

Alex repitió el proceso un par de veces, cada vez más rápido, coordinando cada vez más los movimientos.

-Apenas puedo cerrar la mano en torno a él.

Alex frunció el ceño con concentración y llevó la otra mano al miembro de Danny, uniéndola a la primera, cerrando los elegantes dedos alrededor de la erección. Ahora la abarcaba por completo, la acariciaba con más vigor, observando la cara de Danny y cómo aquellos ojos, por los que las mujeres babeaban, se cerraban al tiempo que echaba la cabeza hacia atrás, invadido por un inconmensurable placer.

-Muy bien -masculló Harry -. Ahora humedécete los labios. Sí, así. - Harry no pudo resistirse a besarle el cuello, a mordisquearle el lóbulo de la oreja-. Inclínate, abre bien la boca y captúralo con los labios.

La mirada ardiente que ella le lanzó por encima del hombro estaba tan llena de curiosidad y de picara anticipación, que Harry se sorprendió. Maldición, bajo aquella sencilla superficie se escondía una chica juguetona. Una arpía. Hubiera apostado lo que fuera a que si le daban un poco de rienda suelta en el dormitorio, los haría bailar al son de su música.

-¡Ahora! -exigió Danny.

-Pídelo por favor -ordenó ella.

Harry no pudo contener la risa. Al parecer, ella ya sabía cuándo tenía a un hombre en la palma de su mano, y que con la promesa de su boca madura en la febril mente masculina, lo tenía bajo su poder.

-¡Maldición!

-Palabra incorrecta. -Alex le dirigió una sonrisa coqueta.

Danny tragó y cerró los puños mientras tomaba aliento.
-Por favor.

La palabra sonó brusca y ronca, pero a Alex le valió. Lanzándole a Danny una última mirada desafiante, se puso manos a la obra, inclinándose hacia delante.
Inclinándose hacia un lado, Harry observó con rugiente necesidad y envidia cómo el miembro de Danny entraba en la boca de Alex, acunada por su lengua resbaladiza. Él la fue penetrando cada vez más hasta que casi toda la longitud de su miembro desapareció en las profundidades de esa boca virgen.

Dios, la sola imagen lo mataba. El largo gemido de Danny resonó en el vientre de Harry, multiplicando su deseo. Sólo podía imaginar lo fabuloso que sería sentir a Alex de esa manera. Cuando había tomado todo lo que podía del miembro de Danny, ella se retiró y repitió el proceso, albergando un par de centímetros más. Danny soltó otro gemido, aferrando las manos con las que Alex lo sujetaba.

-Sí -jadeó Harry -. Succiónale. Con fuerza. Le gusta así.

Las mejillas de Alex se ahuecaron cuando lo introdujo de nuevo en su boca. Un instante después, Danny apretó los dientes.

-¿Estás a punto de explotar? -le preguntó Harry.

-Sí, maldita sea.

Danny apenas logró articular las palabras. Alex lo estaba llevando al orgasmo con mucha rapidez. Harry jamás había visto nada igual. Por lo general, su primo podía hundirse en la boca de una mujer durante más de veinte minutos y seguir impertérrito. Siempre había sido así, salvo cuando Alex le tocaba. Cuando Danny se tensó y el rubor le cubrió las mejillas, Harry supo lo cerca que estaba su primo de perder el control.

«Ha llegado el momento de rematarlo».

-Muy bien -murmuró Harry en el oído de Alex. Observó la cadencia de la cabeza femenina y le ordenó-: Ahora un poco más lento. Hazle sufrir. Bien. Ahuécale los testículos con una mano.

Alex hizo exactamente lo que le decía, acariciando la masa testicular de Danny, que se alzaba hacia su propio cuerpo con cada dulce succión de su boca. Incluso observarlo agitaba la respiración de Harry, por no mencionar lo que le provocaba en su miembro.

Estirando el puño a ciegas, Danny agarró a Alex por el pelo. Harry casi detuvo a su primo para romper el contacto, pero ella gimió...y no de dolor.

Ah, así que a Alex le gustaba un poco de dolor. Harry sonrió. Definitivamente podría proporcionarle un poco, pero era Danny el que estaba especialmente dotado para dárselo.

En cuanto Alex lograra que Danny se corriese.

-Sigue así, cariño. Succiónale. Con lentitud y dureza. Harás que se corra -susurró Harry -. No podrá contenerse ante la dulce tentación de tu boca. Lámele el glande con la lengua. Perfecto.

-Sí. -

Danny gimió, como si quisiera corroborar las afirmaciones de Harry. Tensó los muslos y apretó el puño con el que tiraba del pelo de Alex.

-Santo cielo...no puedo contenerme.

Harry sonrió.

-Buena chica. Ahora, pásale la punta de los dientes por el glande.

-No -protestó Danny.

-Hazlo -ordenó Harry -. Luego succiónale de nuevo. Se correrá.

Sujetando el grueso tallo de Danny con una mano, Alex aflojó el agarre y pasó los dientes por el glande. La imagen hizo gemir a los dos hombres.

-Maldita sea... ¡Alex!

-Ahora succiónale profundamente, y se correrá -murmuró Harry.

Ella lo hizo, y Danny rugió echando la cabeza hacia atrás y gritando su éxtasis que resonó en la habitación. Alex se quedó paralizada, agrandando los ojos con incertidumbre y pánico.

-Trágalo, cariño. Está bien.

Ella lo hizo, y Harry observó cómo su garganta y su boca se movía mientras lo hacía. El deseo y la envidia lo atravesaron como un relámpago. Dios, era asombrosa. Y, gracias a Dios, ahora sería él quien sentiría su boca.
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Ahora si Danny puede cantar “You’re all I want, you’re all I need, this bed is burning up 99 degrees…”

No pudimos resistir más, es domingo, les dejamos un regalo para que comience bien su semana ;)


Con amor

Mrs. Poynter & Mrs. Jones xxx

PD: Si quieren ser avisadas dejen su user de twitter o dígannos por twitter a @MissLPoynter. 
No se olviden de darle like y comentar, así actualizaremos más rápido. ;)

8 comentarios:

  1. El mejor regalo, ahora como mierda me voy a concentrar para estudiar? (: JAJA

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  2. JAJAJA me encantó la recomendación. (?)
    Gracias por el regalo chicas, son unas genias!

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    1. Espero y si hayas hecho caso a la recomendación, enserio que si se disfruta más así xD

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  3. Use la recomendacion y pues....me quede sin palabras. No nos hagan sufrir y siganla lo mas pronto que puedan C:

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  4. kjhggfdsxcgvbjmmkbhvg las adoro!!! me encanta la adaptación! siganla! siganla! <3

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  5. Por cierto, después de esto me retiro a bañarme con agua fría... XD

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  6. Diooooooooos!!!!!!!!!1 me morí, reviví y me volví a morir (? xDD sigan! es el mejor fic que he leído *w*

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